Hoy en día, son miles los hogares en los que se encuentran televisores inteligentes que permiten reproducir todo tipo de contenidos en alta calidad. Si no tienes uno, pero estás pensando en comprarlo, debes saber que los dispositivos más modernos tienen pantallas OLED y QLED. ¿En qué se diferencian y cuál te conviene? Te decimos en esta nota.
En las siguientes líneas observarás las principales características a nivel de materiales, tipo de colores y definición. Es importante que consideres que son aspectos generales, por lo que pueden variar un poco según el modelo y la marca del televisor (Samsung, LG y más). Toma nota.
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Las pantallas OLED incorporan un diodo orgánico emisor de luz que le da su nombre. Su construcción se basa en una sustancia orgánica que emite luz cuando recibe corriente eléctrica.
Además, los píxeles de la pantalla están formados por un material a base de carbón con iluminación propia en que cada subpíxel tiene su propia fuente de luz. Para ofrecer oscuros más profundos, los subpíxeles se apagan temporalmente.
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En el caso de esta tecnología, debido a que es más nueva su costo es todavía mayor. Las pantallas de este tipo se iluminan mediante LED en su borde y presentan una funcionalidad con retroiluminación. Destaca por su uso de filtro de color de punto cuántico para emitir un brillo mayor, colores más llamativos y tiempos de respuesta rápidos.
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Con las QLED, el centro de la pantalla se convierte en el mejor ángulo de visión y la calidad va bajando cuando te mueves a los lados. No obstante, con las OLED puedes apreciar el 100% de su potencial en ángulos de hasta 84 grados.
Por otro lado, si quieres pantallas más grandes, tendrás más opciones con las QLED, ya que las OLED estaban hasta hace poco más limitadas y solo era posible encontrar algunas de 55 pulgadas. No obstante, es cierto que a la fecha existen modelos de 88 pulgadas, pero la oferta es menor.
Finalmente, si quieres adquirir una Smart TV de mejores prestaciones, las OLED salen más a cuenta que los QLED si se tiene un mismo nivel de presupuesto. Además, la primera consume mucho menos energía, por lo que es un ahorro a largo plazo en tu recibo de luz.