Terminó la inscripción del partido Nuevo Perú, de Verónika Mendoza, un proceso que pareció bastante largo si se suma el primer intento de registrarse, que se frustró. El secretario general, Enver León, explica que el llamado a la insurgencia desde el Cusco se enmarca dentro de la Constitución ante lo que llama dictadura. También responde sobre otras opciones políticas en el panorama actual.
Después de la inscripción ¿Qué sigue para Nuevo Perú? ¿Va a tener presencia más activa en la política nacional?
Tenemos vida política hace 7 años. Fuimos parte del Frente Amplio y fundamos Nuevo Perú en 2017. Tuvimos congresistas en la etapa anterior del Congreso. Hemos estado participando junto a los hermanos y hermanas del sur. Y ahora, ya formalizados, entendemos que la participación debe tener un salto cualitativo, porque hay responsabilidades, se tiene que también actuar bajo las normativas del JNE. Y eso implica trabajar de manera responsable, madura y seria también… Hoy son momentos muy difíciles los que estamos viviendo, no son tiempos normales. Puede haber escenarios muy complicados si hay copamiento de instituciones como Reniec, JNE, por parte del fujiderechismo, que busca ir a una dictadura formalizada.
Preguntaba por una política más activa porque, por ejemplo, en los sucesos del sur hubo la sensación de que la izquierda en general y en particular la de Nuevo Perú, le faltó mayor presencia ¿o no fue así?
Yo diría sí y no. Hicimos una conferencia el 7 de diciembre de 2022 indicando que debería haber nuevas elecciones y que el pueblo peruano no iba a soportar el proceso en el que el fujimorismo iba a gobernar. Salimos a las calles también junto a los hermanos del sur. Dimos nuestro local institucional para que puedan albergarse, alimentarse, inclusive fue un centro de curación de heridos, pues la policía actuó de manera muy represiva… Estoy de acuerdo con que la relación de los partidos de izquierda, no solo Nuevo Perú, en los últimos años, ha sido un poco distante con un sector de la población, que se expresó de manera genuina. Sí ha habido una explosión social que no era necesariamente de seguidores de un partido. Creo que la izquierda peruana ha tenido un proceso de no estar arraigado con ese sector del pueblo. Eso sí lo reconocemos, hidalgamente.
En el mitin de hace unos días en Cusco, Verónika Mendoza convocó a la insurgencia ¿Es un llamado a la violencia?
Primero, como comenté, no estamos viviendo tiempos normales. Existe un Congreso que hace y deshace, incluso la misma Constitución. Ya ni siquiera es la Constitución del 93, han cambiado más de 60 artículos. Y hay un gobierno ilegítimo, que ha masacrado a un sector de la población, a los compañeros del sur. No hay justicia. Hay una componenda entre dos instituciones, copando otras como el TC y la Defensoría. Todo eso indica que hay una situación diferente y lo llamamos dictadura, otros lo llaman autoritarismo… Pero sí, es factible el anuncio de Verónika en el Cusco, de la insurgencia, que está estipulado en el artículo 46 de la Constitución…
Hubo ciertas críticas.
No es que ella lo ha manifestado por primera vez. El fiscal de la Nación ya había dado la propuesta también de desobediencia civil. El Colegio de Abogados de Lima también manifestó lo propio. La exmagistrada del TC, Marianella Ledesma, lo ha dicho. Estamos actuando bajo parámetros de la Constitución, porque lo que estamos viviendo es una crisis muy profunda y no encontramos salidas… Más bien un posible escenario podría ser peor a lo que estamos viviendo. Con el copamiento de las instituciones van a lograr formalizar un gobierno que perdure más tiempo con autoritarismo y dictadura.
Con ese bloque gobernando ¿no es urgente la unidad de las izquierdas? ¿Cree que es posible la recomposición del sector? ¿Es realista pensarlo?
Participamos en varios espacios de Frente Único. Está la Plataforma por la Democracia, donde están partidos de izquierda, movimientos sociales, partidos de centro, donde el objetivo es un frente antidictatorial, un frente anticorrupción. Aunque sinceramente todavía no tiene la fortaleza suficiente, pero es un lineamiento que creemos de Frente Único… Ahora, con respecto a una salida a la crisis, nosotros sí estamos viendo y conversando con organizaciones políticas de izquierda y progresistas en el sentido de cómo planteamos un proyecto país para ser propuesta, si es en el 2026 o antes, y estamos por ejemplo conversando con Ahora Nación, con el Partido de los Trabajadores y Emprendedores, con organizaciones que no necesariamente tienen inscripción, y estamos planificando cómo discutimos un programa que nos una, para dar esa salida a esta crisis.
Cuando decía realismo pensaba en si es posible una unidad con la izquierda de Perú Libre y Cerrón; o la izquierda que dice estar con Antauro Humala; o la que queda de Juntos por el Perú, que a mi parecer le falta autocrítica. ¿Es posible unirse a esas izquierdas?
No es posible tener un acuerdo político con Antauro Humala, porque no consideramos que es una organización de izquierda, tiene propuestas más bien de índole fascistoide. No es posible tener una alianza política con Perú Libre, de ninguna manera, porque mientras Vladimir Cerrón se declara marxista leninista en la práctica lo que hace es un acuerdo con el fujimorismo para salvaguardar su unidad, junto a Keiko, y trabajar de la mano para copar instituciones. Entonces, de ninguna manera consideramos que son organizaciones de izquierda, y por eso no tenemos por qué dialogar con ambos en estos momentos. No hay un punto de encuentro con ellos y asomar a un proceso unitario.
¿Con lo que queda de Juntos por el Perú sí es posible eso?
Si es que existe una autocrítica, si existe un trabajo serio y maduro de conversar sobre lo que queremos más adelante, es posible reunirnos y dialogar.
Por cierto, ¿la autocrítica no debería ser una actitud general de la izquierda? Es en la izquierda que aparece Castillo, en la izquierda que aparece Boluarte, en la izquierda que asoma Cerrón.
No solo vamos a encontrar esa izquierda, ¿no? Hoy se están inscribiendo organizaciones que también se reclaman de izquierda, en el ámbito popular, como el APU, Todos con el cambio, y otras que han presentado su inscripción. ¿Debemos de dialogar? Consideramos que sí. Pero para llegar a una alianza o acuerdo político hace falta mucha madurez política. Porque hay un pueblo peruano que, mayoritariamente, está pidiendo cambios desde hace mucho tiempo, y eso se expresó en la elección de Pedro Castillo. Cuando la gente se moviliza y dice “esta democracia ya no es democracia” es porque es un pedido, un grito, que tiene no solo un ámbito reivindicativo, sino que es político. Esta democracia no los representa, porque ellos votaron por un candidato y ahora quienes gobiernan son los que perdieron.
Va a ser una carga muy pesada para la izquierda que haya gobernado Castillo de la manera que lo hizo y que esté gobernando Boluarte de la manera que lo está haciendo.
Sí, consideramos que lo del gobierno de Pedro Castillo ha sido un desorden político que va a costarnos poder trabajar junto al pueblo peruano para reivindicar una propuesta seria, que tenga una fluidez, un norte, un horizonte, que sea sostenible. Evidentemente, sí. Pero también es una mochila para la derecha. Sobretodo para el fujimorismo que ahora gobierna con Boluarte. Tampoco nos engañemos y digamos que Boluarte es la expresión solo de la izquierda porque ingresó con Pedro Castillo. También hay una mochila pesada para la derecha que está sosteniendo este gobierno, que tiene una legitimidad por los suelos.
En la lucha contra el autoritarismo ¿se podrá llegar a acuerdo con figuras del centro político: Vizcarra, López-Chau, Sagasti?
Creemos que debemos estar en una unidad de la izquierda y el centro para derrotar a la dictadura. Por ejemplo, el 19 de julio, en el paro nacional, nos plegamos. También Vizcarra lo hizo. Se está entendiendo que estamos viviendo un proceso muy difícil en el que debemos de ver al enemigo principal, en este caso es el fujimorismo, que quiere quedarse en el poder. Creemos que debe ser un Frente Popular el que debe determinar una salida a esta crisis.
Entonces ¿tendremos una nueva izquierda en Nuevo Peru?
Estamos viviendo otra etapa, en la que vamos a actuar con responsabilidad y unir más esfuerzos. Creemos que nosotros solos no vamos a poder solucionar los problemas del país. Eso lo tenemos muy claro. Llamamos por eso a una articulación mayor. Y vamos a continuar en la organización de nuestras bases ante este gobierno que consideramos que es dictador.
Finalmente, una curiosidad, hay un conflicto en las redes sociales ¿este gobierno de Boluarte es de izquierda o no?
Definitivamente, no. Es de la derecha, del fujimorismo. Y esa mochila pesada se la trasladamos a Keiko Fujimori. Ellos ya están pensando en deshacerse de Boluarte, claro, bajo sus objetivos electorales y buscando quedarse muchos años. Ese escenario no lo vamos a permitir.
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¿Volverá a postular a la presidencia Verónika Mendoza?
Estamos en esa discusión en la organización en estos momentos, esperamos que sí. Pero también creemos que no existen candidatos naturales, y no lo hablo solo por Nuevo Perú. Si vamos a entrar en una articulación mayor de organizaciones políticas en el diálogo se delimitarán los representantes a presidencia, vicepresidencia, mediante la ciudadanía, de manera democrática, un militante un voto, un ciudadano un voto, que expresen quiénes nos van a representar. No tenemos interés de forzar candidato o candidata.
Quiere decir no necesariamente Verónika es candidata natural ¿entonces puede haber un candidato que no sea de la organización?
Vamos a propugnar que Verónika sea nuestra candidata o precandidata como organización política. Pero ante una articulación mayor no vamos a insistir a que ella sea la candidata natural. Por supuesto desplegamos todos nuestros esfuerzos hacia una unidad mayor… Ahora, tampoco creemos que unas futuras elecciones van a solucionar el problema del país. Va mucho más allá. Necesitamos un proceso constituyente donde el pueblo pueda discutir cómo quiere el futuro del país. Hay que vivir otra forma y proceso de democracia en el Perú.
Cierto sector acusa a Mendoza y parte de Nuevo Perú de haber sido como parte del gobierno de Castillo bastante tibios con él.
Fuimos parte del proceso con Castillo a partir de la segunda vuelta. Teníamos que ver si apoyábamos a Keiko Fujimori o Castillo. Decidimos unánimemente apoyar al segundo. Es más, fuimos parte del Plan Bicentenario y fue ganador. Fuimos parte del primer gabinete con Pedro Francke y Anahí Durand, y creemos que hicieron un buen trabajo ministerial. Y dejamos la alianza con Castillo y Perú Libre porque se encaminaron a sobrevivir y mantenerse en el gobierno coordinando con el Congreso. Pusieron entonces a un primer ministro como Valer, a un ministro en Economía como Graham, de derecha. Y ahí fue nuestro alejamiento… Pero también vimos que había desde el Congreso pedidos de vacancia sin argumentos y una confabulación. Se debe ver todo de modo integral. No solo a Castillo como el hombre que no supo qué hacer, sino ver el escenario político que condujo a que ahora gobiernen los inescrupulosos en el Congreso.