El politólogo Anthony Medina considera que el adelanto de elecciones depende de que se tense la relación entre la presidenta Dina Boluarte y el Congreso tanto que este la destituya.
Parecía inevitable un adelanto de elecciones. ¿Qué pasó?
El juego ha sido mantener el status quo. Con Castillo, era tensar la pita sin romperla. Con Boluarte, el entendimiento es mucho más sencillo. Ella quiere quedarse, los muertos no le mueven un pelo y al Congreso tampoco. Le dan apoyo sin el costo de ser gobierno. Zona de confort de la derecha es gobernar a control remoto, y quien recibe el costo político es Boluarte.
¿Lo más probable es que se queden hasta el 2026?
Depende. A Dina la tienen de títere y la exprimirá todo lo que puedan. ¿Qué tendría que suceder para que esa relación sea tan tensa para que el Parlamento decida vacarla? Tendría que ser algo que afecte directamente sus intereses. Ante el informe de la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), Fuerza Popular prácticamente reclamó: Dina no nos está defendiendo con suficiente contundencia. Está diciendo: Tenemos los votos y si no nos defiendes, te vacamos. Dina es una rehén del Congreso. Se ha roto ya el equilibrio de poderes y gobierna el Congreso.
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¿Cómo ve los nuevos intentos por impulsar un adelanto electoral desde la ciudadanía?
La ciudadanía puede intentar, pero la decisión es de otros. En las protestas de la generación del bicentenario fallecieron dos y cayó Merino. Cuántos muertos tenemos y Dina no renuncia. La ciudadanía como ente movilizable funciona cuando alguien capitaliza la movilización. Hubo protestas, pero no dieron resultados porque no han tenido salida política. Nadie las ha capitalizado. Parecía que lo haría Antauro, pero salió a reconocer a Dina y es un cadáver político.
El dirigente de APP, Luis Valdez, ahora rechaza un adelanto electoral. ¿Qué opina?
Es lo esperable. Si hubiera un gran movimiento que lo pidiese con liderazgo visible, se daría, pero la protesta es atomizada y los pedidos distintos: adelanto electoral, asamblea constituyente, restitución de Pedro Castillo. Restituirlo contradice un adelanto electoral y unos piden esto último con asamblea constituyente. Esas demandas hasta se neutralizan entre sí. Como nadie las capitaliza, el Congreso dice: ‘Divide y vencerás, la gente está dividida, entonces hacemos lo que queremos’.
¿Cómo está el sur ante la desatención que tiene la demanda de adelanto electoral?
En el sur más calaron pedido de restitución de Castillo y asamblea constituyente. El adelanto de elecciones viene con constituyente. Esta tiene mala prensa y la gente piensa que es la instalación del chavismo. No es así. Si la derecha gana una mayoría, saldría una constitución más conservadora. Volvernos Venezuela es una posibilidad de mil porque el pueblo es diverso.
¿Pueden retomarse con más fuerza las protestas?
Me preocupa mucho que haya quienes decidan tomar las armas. Hay una población con muertos, enardecida y demandas no atendidas. Es el caldo de cultivo para que algo pueda estallar. Boluarte no podrá pisar Puno o Ayacucho. Se pueden seguir agravando condiciones económicas, climáticas y otras. Viene el friaje en Puno... Lima cree que la gente ya se aburrió y la gente no se aburre así no más.
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¿Entonces pueden volver con niveles de más violencia?
El gran problema es que ellos no ceden nada. Han dicho: ‘No adelantamos elecciones ni consultamos asamblea... Nosotros todo, ustedes nada’. Si tuvieran mirada más política, consultarían sobre la asamblea.
Anthony Medina considera que el adelanto de elecciones depende de que se tense la relación entre la presidenta Dina Boluarte. Foto: difusión
¿Qué opina del informe de la CIDH sobre las protestas?
Ha tratado de ser lo más imparcial posible. Si la derecha tuviera mayor maniobra, destacaría que la CIDH habló de ruptura del orden constitucional sobre el discurso de Castillo. Además, la CIDH es de la OEA, que es promovida por Estados Unidos. Sobre el tema de las muertes, el informe las registra. Acusar a la CIDH de comunista viene de una vieja relación del fujimorismo con Estados Unidos. Este se aleja del otro por el tema del narcotráfico y Estados Unidos ingresa con tema de derechos humanos a través de la CIDH.
¿Cómo ve la reacción de los políticos a este informe?
Es parte de una división entre derecha y extrema derecha. López Aliaga y De Soto han reivindicado un conservadurismo moral, libertarianismo, mano dura y al fujimorismo. Parte de esta identidad es oponerse a lo que sería de izquierda y ven los derechos humanos como izquierda.
¿Lo sucedido en el norte con las lluvias sumará a la demanda de adelanto electoral?
Ocurrió en 2017 y no pasó nada. Si no hay un líder que capitalice, la gente se aburre y se va. Tenemos orfandad de líderes.
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¿Cómo ve a la derecha, izquierda y el centro en un próximo escenario electoral, considerando la situación actual?
Difícil decirlo. Casi una regla es que quien empieza primero pierde. En los últimos años, se evidenció que el centro ha sido derrotado. En las próximas elecciones, las opciones serían radicales, pero electoralmente porque una cosa es cómo llegan y otra cómo gobiernan. Creo que gobernarán más o menos igual. Quizá haya espacio para un centro muy a la izquierda frente a otro muy a la derecha.