Era el año 2021 y en medio de la segunda ola de la pandemia, ocasionada por la COVID-19, Alejandro Soto prometió, a nombre de César Acuña, una planta de oxígeno para la región Cusco. Primero, el presidente del Congreso de la República haría entrega de la obra a la Municipalidad de Cusco, luego decidió que sería para la Clínica San Juan de Dios; sin embargo, nunca se realizó.
Afortunadamente, el 31 de julio del 2023, la planta de oxígeno se construyó en el referido centro de salud, pero no fue por obra y gracia de Alejandro Soto, sino de donadores alemanes que, de buena voluntad, hicieron el proyecto realidad. La República intentó comunicarse con Soto Reyes; sin embargo, no recibió ninguna respuesta.
Cristian López, exconsejero regional de Cusco, mencionó en una entrevista para Panamericana Televisión que recuerda el tema de Alejandro Soto "como un hecho de burla". "Realmente deja mucho que pensar al cusqueño sobre la confianza que se le otorgó", sentenció.
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Asimismo, la Universidad César Vallejo (UCV), cuyo dueño es César Acuña, realizó una donación de una planta de oxígeno al distrito de Paucartambo; sin embargo, este nunca habría funcionado. "Ahí está. No ha funcionado nunca", mencionó Braulio Yabar, exconsejero del referido distrito.
Carlos Saavedra, gerente general de la clínica San Juan de Dios de Cusco, señaló que el centro médico ya cuenta con una planta de oxígeno, pero que fue donada por una institución privada con fines benéficos. Todo parecería indicar que Alejandro Soto habría aprovechado un convenio que tenía la UCV para donar plantas de oxígeno para hacer una falsa promesa.