El indulto no fue humanitario: a confesión de parte…,El contenido de uno de los videos filmados por el legislador Moisés Mamani constituye quizás la última de las pruebas que demuestran que el indulto concedido por el ex presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) al dictador Alberto Fujimori no fue un acto humanitario sino un pedestre canje de votos contra la vacancia y la libertad del entonces reo de la Diroes. En uno de los videos se escucha que Kenji Fujimori señala dirigiéndose a Mamani el pasado 15 de marzo: “Moisés, tú vas a consolidar la libertad de mi viejo (Alberto Fujimori), tú la vas a consolidar. Nosotros lo hemos sacado, pero tú la vas a consolidar”. También comenta en referencia a PPK y al entonces vicepresidente Martín Vizcarra: “Moisés, lo sacan al tío (PPK) y el otro que entra (Vizcarra) no va a defender a mi viejo (Alberto Fujimori); en octubre se pronuncia la CIDH (Corte Interamericana de DDHH) y el tío que entraría (Vizcarra) va a entrar debilitado y va a acatar todo lo que diga la Corte”. Las palabras del hijo de Fujimori revisten la calidad de una confesión que puede considerarse rápidamente un título ejecutivo a ser usado en el proceso que se sigue en la Corte de San José, sede de la Corte IDH. Al encontrarse en poder de la fiscalía, una de las partes que participaron en la diligencia del mes de febrero puede solicitar el envío de una copia para que, al ser apreciada, se confirme lo que otros documentos, declaraciones y la secuencia cronológica del indulto revelan: que la liberación de Fujimori fue el resultado también de la compra-venta de votos. En ese punto adquiere consistencia la revisión de la documentación fraudulenta elaborada por el Ministerio de Justicia en diciembre pasado, una operación que rompió las elementales reglas que el Ejecutivo se había dado como parámetro del indulto humanitario. De pronto, ya no queda ninguna duda de que el secreto trasiego de papeles negado por el Gobierno primero y enseñado luego como una coartada legal, era parte de un engaño a la sociedad por un presidente que intentaba sobrevivir violando su propia legalidad. Por esa razón adquieren autoridad y relevancia las recientes declaraciones del premier César Villanueva sobre que si la Corte IDH revirtiera el indulto –ahora confirmado como ilegal y extremadamente viciado– el Gobierno respetará ese fallo. Como no podía ser de otro modo, el premier indica que, para ello, la decisión de la Corte debe ser emitida bajo fundamentos consistentes, es decir, con arreglo al derecho nacional e internacional y a la doctrina internacional de los DDHH. Villanueva ha señalado asimismo que, sin duda, hay que respetar los tratados, como el Pacto de San José, en alusión a la ofensiva contra la Corte que recomienda salirse de ese organismo. Este último pronunciamiento siendo igualmente positivo y correcto es contestado sin embargo desde el mismo Gobierno con la designación de un viceministro de Justicia que cuestiona a la justicia supranacional en tonos agresivos e insultantes.