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Opinión

Vladi, el espía imperfecto, por Mirko Lauer

Aunque el hombre ya no debe estar para correr riesgos de ningún tipo. Sus clientes naturales serían los fujimoristas, pero ese fujimontesinismo sería una de esas clásicas sumas que restan. Quizás lo están esperando un estudio de abogados o un tomo de memorias.

larepublica.pe
Mirko Lauer

Se anuncia la excarcelación de Vladimiro Montesinos el próximo año, con lo cual volverá a circular, a los 80 años. ¿Qué quiere decir esto? Depende de varias cosas, como la salud, el ánimo o los recursos del antiguo asesor de inteligencia. La libertad de Alberto Fujimori fue un anticlímax, pero el expresidente tenía una salud pobre y enormes aspiraciones.

De alguna manera, Montesinos ha venido siendo un preso modelo. Que sepamos, sus viajes a la clínica fueron pocos, y su carcelería se fue dando en un ambiente de cierta resignación, o así parecía. A diferencia de Fujimori, nadie pensó que Montesinos tenía un futuro político; él mismo no ha tenido mayor interés en alentar esa idea.

Una revisión de su biografía muestra que nunca le interesó ser candidato a nada. Suponemos que menos le va a interesar a los 80 años. Lo suyo fue ser militar del arma de inteligencia, una manera de pasar asolapadamente a través de la vida. Finalmente, qué más asolapado que un discreto alojamiento en una cárcel con algunas comodidades.

¿Qué va a pasar ahora? En realidad, no se sabe casi nada sobre los años transcurridos en prisión. ¿Asesoró por lo bajo a algún político? ¿Participó en alguna conspiración? ¿Ha tenido información como para ejercer ciertas presiones? ¿La tiene todavía? Parte del problema está en su avanzada edad. Los principales personajes en medio de los que se movía tan bien ya se han ido.

En su libro del 2003, la periodista Sally Bowen le atribuyó “muchas vidas”. Pero esta última idea terminó concretándose en su paso por el golpe militar, luego por el fujimorismo, y finalmente por la cárcel. Tres tipos de vida, todos polémicos. No descartemos que ahora ensaye un cuarto tipo de vida: reposo, venganza o recuperación de imagen.

Para muchos de los partidos de esta hora, un asesor como Montesinos puede resultar muy valioso. Aunque el hombre ya no debe estar para correr riesgos de ningún tipo. Sus clientes naturales serían los fujimoristas, pero ese fujimontesinismo sería una de esas clásicas sumas que restan. Quizás lo están esperando un estudio de abogados o un tomo de memorias.

Pero quizás no debemos descartar que compita por una senaduría.