¿Puede la innovación sostener el crecimiento de un mundo en constante transformación? La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), en su Índice Global de Innovación 2024 (GII 2024), reporta que la inversión en ciencia e innovación en 2023 sufrió una importante desaceleración, especialmente en América Latina y África, reflejando un estancamiento en el gasto empresarial en I+D.
En cuanto a los avances tecnológicos, se observaron progresos en el área de la salud (genómica); sin embargo, en el ámbito de las tecnologías verdes, estos fueron menores que en años anteriores. La adopción de tecnologías como 5G, robótica y vehículos eléctricos creció el último año, aunque en radioterapia y saneamiento seguro fue más limitada. Por último, muchos indicadores socioeconómicos han mejorado tras la pandemia, aunque pobreza y esperanza de vida siguen por debajo de los niveles previos. La productividad ha aumentado, pero no supera la desaceleración estructural identificada en 2022. Las emisiones de carbono siguen en alza, subrayando la urgencia de nuevas medidas contra el cambio climático, donde la innovación tecnológica será clave. No obstante, la tecnología por sí sola no basta para resolver estos desafíos.
Por su parte, América Latina presenta una desaceleración de las inversiones en I+D respecto al % del Producto Bruto Interno de cada país, siendo el Perú el país con menor ratio de inversión de la región en los últimos 26 años, con 0.17%, lo que representa aproximadamente 223 millones de inversión el último año. En el ranking global GII 2024, Perú se ubicó en el puesto 75 de un total de 133 economías.
El director general de la OMPI, Daren Tang, destacó el incremento de países que reconocen la liberación del potencial innovador de su población como un factor fundamental para el crecimiento y desarrollo. Señaló que el reto para los responsables de las políticas es construir un ecosistema de innovación dinámico que permita a una gran idea tener un impacto real.
En este contexto global, el Perú ha desarrollado la Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (POLCTI), publicada en abril del presente año, que considera contextos como la pandemia, el cambio climático y la digitalización de la economía para plantear estrategias que nos permitan enfrentarlos. El POLCTI se propone ubicar al Perú dentro de los 50 países más innovadores del mundo para 2030, con objetivos prioritarios como la formación de capital humano altamente calificado, la generación de conocimiento científico y tecnológico alineado a las prioridades nacionales, el crecimiento de la innovación en sectores productivos y servicios sociales, la creación de mecanismos de financiamiento adecuados para las necesidades de los actores, la promoción de la apropiación social de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (CTI) y el fortalecimiento de la institucionalidad del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SINACTI).
Esto representa un gran reto y compromiso para los actores del ecosistema de CTI en nuestro país. Por ello, se estableció la nueva gobernanza del SINACTI, organizada en tres niveles: el primero, de definición estratégica, donde desde la Presidencia de la República hasta el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (CONCYTEC) proponen y aprueban la Política Nacional de CTI; en segundo lugar, el nivel de implementación, en el cual se crean las condiciones y se transfieren los recursos para que los actores investiguen e innoven, a través de los Programas Nacionales de CTI como PROCIENCIA y PROINNOVATE, en articulación con otros sistemas funcionales, como INACAL para servicios de metrología, normalización y acreditación, e INDECOPI para instrumentos de protección de la propiedad intelectual; y, finalmente, el nivel de ejecución, donde las actividades del CTI se desarrollan desde entidades y personas que reciben los recursos, como universidades, centros de innovación y transferencia tecnológica, institutos públicos de investigación, consorcios regionales de CTI, empresas públicas y privadas, asociaciones civiles, investigadores e inventores independientes, quienes deberán articular esfuerzos para concretar estos ambiciosos objetivos.
La situación del país presenta diversos desafíos. Según lo indicado por el Presidente de CONCYTEC, la infraestructura científica y tecnológica se encuentra en un estado de subdesarrollo, especialmente en las regiones fuera de Lima, lo cual dificulta la realización de investigaciones científicas de alto impacto. Además, existe una desconexión entre los sectores académico, industrial y gubernamental, lo que dificulta la aplicación efectiva y la comercialización de descubrimientos científicos. Tampoco contamos con la masa crítica de investigadores, gestores tecnológicos e innovadores altamente cualificados, necesarios para impulsar los avances científicos y tecnológicos.
Todo esto nos conduce a identificar oportunidades clave, como el aprovechamiento de sectores estratégicos en el Perú: minería, agricultura y biodiversidad, los cuales brindan un gran potencial para la innovación. Estos sectores pueden fortalecerse mediante la aplicación de tecnologías avanzadas y el impulso de la investigación científica.
Frente a este panorama, la Universidad del Pacífico, como entidad académica generadora de conocimiento y comprometida con la transferencia tecnológica, fue anfitriona de la 12ª Reunión Anual Plenaria del Comité Técnico ISO 279 – Gestión de la Innovación, llevada a cabo del 14 al 18 de octubre. Perú, como miembro pleno de la Organización Mundial de Estandarización (ISO) a través del INACAL, participa activamente en la elaboración de normas de impacto global. Esta plenaria contó con la presencia de más de 44 expertos internacionales representantes de los 79 países miembros del comité. En el marco de este evento, la Universidad del Pacífico organizó el Foro Internacional “La Innovación en el ADN empresarial”, escenario del lanzamiento a nivel global de la norma ISO 56001:2024 Sistema de gestión de la innovación, que se convierte en la primera norma certificable de la familia ISO 56000.
Las normas publicadas de la serie ISO 56000 sobre gestión de la innovación permitirán a las organizaciones compartir mejores prácticas en este ámbito. Estas normas facilitarán la colaboración y desarrollarán la capacidad de llevar innovaciones con éxito al mercado. Constituyen un conjunto de prácticas efectivas que inicia bajo el liderazgo de la alta dirección con la definición de la estrategia de la organización, y han sido diseñadas para apoyar la innovación en las organizaciones, sea cual sea su origen, sector, tipo o tamaño.