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Opinión

Otro defensor amazónico asesinado

Ya son cinco los dirigentes kakataibo que han caído víctimas del crimen organizado que quiere apoderarse de sus territorios.

larepublica.pe
EDITORIAL

El 21 de junio, a las 9 y 30 aproximadamente, fue la última vez que se le vio al líder indígena kakataibo Mariano Mucama Isacama Feliciano, de 35 años. Desde ese momento, fue dado por desaparecido, y su comunidad realizó muchos esfuerzos para dar con él. Ayer se informó la ubicación de su cadáver en Aguaytía. 

Con él, son cinco los dirigentes kakataibo que han resultado muertos en esa desigual batalla que libran los comuneros para evitar que sus territorios se infesten de actividades ilegales como el narcotráfico, la minería ilegal y la tala de árboles. Desigual y despiadada, porque no reciben protección del Estado y son dejados a su suerte frente a las bandas criminales que están forzando su entrada a la selva amazónica, a balazos y exterminando a los legítimos dueños del bosque. 

Isacama ya había recibido mensajes de Whatsapp amenazándolo de muerte. Elevó su denuncia a las autoridades locales y también lo habían hecho las organizaciones nativas a las que pertenecía. Por ello, con su desaparición se encendieron las alertas y se activó su búsqueda. 

Una denuncia anónima dio cuenta de un video que mostraba imágenes en las que el líder amazónico podría estar siendo torturado. La comunidad kakataibo intensificó la búsqueda, hasta que luego de aproximadamente 20 días se ubicaron los restos del dirigente. 

Los crímenes contra los defensores del bosque amazónico se suceden sin que se realicen investigaciones que den con los responsables de estos asesinatos y sin que se haga nada en defensa y la integridad de sus líderes. La federación que los agrupa señala que siete de sus dirigentes cuentan con un mecanismo de protección que les ha concedido el Minjus, pero que no se cumple. El Congreso y el Gobierno tienen corresponsabilidad en estas muertes porque se han negado a apoyar el Acuerdo de Escazú, que reconoce la labor de los vigilantes del bosque amazónico y obliga al Estado a ofrecerles protección y apoyo para el cumplimiento de su labor. Desde el 2020, han sido asesinados 25 dirigentes amazónicos, cinco de ellos formaban parte de las comunidades kakataibo. Es resultado de la desidia gubernamental. Lamentable.