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Opinión

El sistema de salud como generador de pobreza, Percy Mayta-Tristán

“El desabastecimiento de medicamentos lleva a un mayor gasto del bolsillo, por ello es inaudito el reciente hallazgo de Ojo Público, que detectó que entre 2020 y 2023 se perdieron 41 millones de soles en medicamentos”.

larepublica.pe
PERCY

El INEI dio a conocer que el 2023 se incrementó la pobreza monetaria en Perú, 29% de peruanos no tiene ingresos suficientes para cubrir la canasta básica familiar, y además 31,4% de peruanos está en situación de vulnerabilidad monetaria, es decir, en riesgo de caer en pobreza, ya sea por algún problema de ingresos o de un gasto no programado que los lleve a no cubrir la canasta básica familiar.

Para combatir la pobreza es indudable la necesidad de un crecimiento económico y la generación de empleos, pero también es indispensable mejorar el acceso a los servicios públicos que reducen el gasto de bolsillo de los peruanos como los servicios de salud, transporte público, educación y seguridad.

En salud, llamamos enfermedades catastróficas a aquellas que por la cronicidad o gravedad de su manejo llevan a las familias a una inversión muy grande de dinero afectando el presupuesto familiar y que, si no hay un mecanismo de aseguramiento o apoyo, pueden llevarlos a la pobreza. Entre ellas podemos ver al cáncer, insuficiencia renal crónica, enfermedades raras o huérfanas, entre otras, que el MINSA a través del Fondo Intangible Solidario en Salud (FISSAL) tiene una estrategia para su cobertura.

Sin embargo, cuando el sistema de salud es deficiente y no permite una atención oportuna a sus asegurados (SIS, EsSalud, Sanidades) ya sea por no disponibilidad de citas, falta de medicamentos, largas listas de espera para procedimientos quirúrgicos o diagnósticos, entre otros; obligan a sus usuarios a hacer gastos para atenciones de salud que no estaban programadas, y que en un contexto crítico de vulnerabilidad económica, casi cualquier enfermedad termina convirtiéndose en catastrófica, es decir, es la situación del 60% de los peruanos según el INEI.

Según el INEI, a nivel urbano, fueron más los peruanos que ante un problema de salud entre julio y septiembre de 2023 recurrieron a una farmacia o botica (23,8%) que a establecimientos del MINSA (11,9%), EsSalud (6,1%) o las Sanidades (0,3%), lo que genera un gasto directo de las familias. Sin embargo, esto no es algo reciente, las cifras son similares a prepandemia (2019) excepto para EsSalud que antes brindaba mayor acceso (7,9%), institución que ha tenido siete presidentes entre el 2021 y 2024.

El desabastecimiento de medicamentos lleva a un mayor gasto del bolsillo, por ello es inaudito el reciente hallazgo de Ojo Público, que detectó que entre 2020 y 2023 se perdieron 41 millones de soles en medicamentos (incluidos medicamentos oncológicos) que se vencieron en los almacenes del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (CENARES) del MINSA, dependencia que ha tenido siete directores entre enero 2023 y mayo 2024.

La crisis política crónica en la que estamos inmersos, por más de 7 años, lleva a un alto recambio de funcionarios y que las instituciones no puedan asegurar el acceso a los servicios públicos básicos. Si nuestro sistema de salud continúa generando gasto de bolsillo a sus asegurados, lo único seguro es que seguirá incrementando el número de peruanos pobres.