La obesidad es un problema de salud pública, en el 2023 uno de cada cuatro peruanos mayores de 15 años son obesos (IMC>30) según el reciente reporte del INEI. Esta enfermedad crónica está vinculada a muerte prematura y a una mayor mortalidad por enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer, entre otras.
El primer paso y fundamental para su manejo es incrementar el gasto energético a través del ejercicio, mejorar la calidad de la alimentación reduciendo el consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas en favor de mayor ingesta de fibra, vegetales y agua; y un sueño adecuado en calidad y cantidad.
Sumado a ello se agregan los tratamientos médicos o quirúrgicos. Hoy hay nuevos medicamentos eficaces, estos son análogos de la hormona GLP-1, que se aplican en forma de inyección subcutánea diaria (liraglutida) o semanal (semaglutida y tirzepatida). Solo la primera está disponible en Perú. Estos tratamientos pueden lograr una reducción de hasta el 15, 20 y 25% del peso corporal, respectivamente.
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Estas medicinas reducen la ingesta al incrementar la saciedad y además mejoran el perfil metabólico a través de una mayor sensibilidad a la insulina. Entre sus eventos adversos más comunes están los síntomas gastrointestinales que ya son frecuentes en personas con obesidad, particularmente el reflujo. Por ello, es importante que el manejo sea realizado por el médico endocrinólogo junto a un nutricionista, para una dosificación correcta y el cambio de estilo de vida que corresponde.
El segundo grupo de intervenciones son las que reducen el volumen gástrico y así la ingesta alimentaria, las cuales pueden ser usando un balón intragástrico o a través de cirugía bariátrica (banda gástrica, manga gástrica o bypass gástrico). El balón intragástrico tiene un efecto rápido y efectivo en reducción del peso pero es transitorio al retirarse, con conocido efecto rebote.
Las cirugías bariátricas son sólo indicadas para individuos con obesidad mórbida (IMC>40) o con obesidad (IMC >35) y diabetes, hipertensión, hígado graso, entre otras; son las intervenciones que tienen mayor efecto y a largo plazo, pero son irreversibles. Estas cambian los hábitos alimenticios al no poder ingerir grandes volúmenes de alimentos, por ello el acompañamiento nutricional es fundamental para evitar carencias nutricionales y reducir la pérdida de masa muscular.
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No es recomendable, pero lamentablemente cada vez se observa más, que personas jóvenes y sin obesidad se sometan a cirugías bariátricas a manera de cirugía estética. Así mismo, el uso de medicación, balón intragástrico o cirugía bariátrica no va a tener el efecto deseado sin los cambios en el estilo de vida que implican comer mejor y sobre todo hacer ejercicio, para que la pérdida de peso sea predominante de grasa y no de músculo.
El problema es que estas intervenciones (medicamentos y cirugía bariátrica) son muy costosas y no son accesibles para la mayoría de la población peruana, por ello se debe evaluar si pueden ser incluidas dentro de los tratamientos cubiertos por el SIS, EsSalud y Sanidades. Sin embargo, un paso previo es potenciar las capacidades del personal de salud en tratar la obesidad con un enfoque integral desde el primer nivel de atención. No podemos ignorar esta silenciosa pero creciente epidemia en el Perú.
Lima, 1981. Director de Investigación de la Universidad Científica del Sur. Médico sanfernandino, investigador RENACYT, docente universitario, editor científico, acuarófilo, papá gatuno y compañero de vida de Daniel. Cuenta con más de 100 publicaciones científicas en Scopus, miembro del Comité de SciELO Perú.