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Opinión

Colegio de abogados: la democracia se debilita

Pronunciamiento del CAL señala la arbitrariedad del TC y exige respeto a la autonomía del PJ.

larepublica.pe
Editorial

El Colegio de Abogados de Lima se ha pronunciado contra la resolución emitida por el Tribunal Constitucional en la que accede a un pedido del Congreso para dejar sin efecto una medida cautelar dictada por la Corte Superior para proteger los derechos de los miembros de la Junta Nacional de Justicia, Inés Tello y Aldo Vásquez. Las razones jurídicas están expuestas en todo el comunicado, y en el aspecto político señala su rechazo a la arbitrariedad del TC porque debilita la democracia y compromete la autonomía e independencia del Poder Judicial.

Se trata de un comunicado muy duro en un momento particularmente difícil para el país. El agrietamiento acelerado de la institucionalidad democrática, la pérdida absoluta de equilibrio de poderes y una economía en picada nos muestran que el futuro no es halagüeño por donde se quiera mirar.

En estos contextos así de críticos, se espera que estas organizaciones gremiales y otras entidades que representan a sectores sanos de la sociedad alcen la voz y exijan el urgente cambio de rumbo, antes de caer más hondo. El Colegio de Abogados de Lima lo ha hecho y otro conjunto de instituciones también se ha pronunciado ante la evidencia de lo que las evaluadoras de riesgo consideran “falta de capital político” que nos hunde en los subsuelos de la calificación crediticia internacional.

La coalición autoritaria que nos gobierna está mostrando su faz corrupta. Los últimos casos revelados por la operación Valkiria van en la línea de comprobar que todo se compraba y se vendía, aun en las más altas esferas del poder político, legal y económico, y que además aún se asocian para protegerse mutuamente.

Es lamentable el estado del país. Una nación que durante décadas trabajó y luchó por el futuro, ajustándose los cinturones para garantizar el progreso, ahora va camino al abismo. El esfuerzo colectivo se ha tirado por la borda y nos enfrentamos a una crisis en la que los responsables están haciendo lo posible para protegerse entre ellos, mientras despilfarran y saquean las arcas nacionales. Hay que detener el abuso y la corrupción, y accionar esas cuerdas sensibles y sanas de la sociedad que nos permitan superar este grave momento.