Sus enemigos le decían mujeriego y picarón. En algo tenían razón. César Vallejo fue un ser totalmente enamoradizo, y con especial predilección por las mujeres jóvenes y bellas. Así está demostrado en el reciente libro Las mujeres de Vallejo del profesor Miguel Pachas, quien con una investigación seria y amplia nos lleva a conocer los romances del poeta, pero más sus fracasos amorosos.
Dice Pachas: “El problema estaba en que realmente no era correspondido por la mayoría de ellas, debido a su apariencia andina: tez cobriza y su particular seseo al hablar. Era la época, me refiero a los años veinte, donde existía la supremacía de los hombres de piel blanca y de ascendencia española. ¿Qué mujer de alta alcurnia o de altas esferas sociales y económicas podría haberse fijado en un mestizo que tenía una arraigada figura andina?”.
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¿Quiénes fueron las mujeres a las que amó Vallejo en su corta existencia? ¿Cómo era el Vallejo amante? ¿Fue un mujeriego empedernido? ¿Cómo se explica que haya sentido atracción por una de sus hermanas y, también, por una sobrina? Las mujeres que amó durante su corta existencia fueron María de los Santos, su madre; tres mujeres peruanas: María Rosa Sandoval, Zoila Rosa Cuadra y Otilia Villanueva Gonzales, y dos francesas: Henriette Maisse y Georgette Marie Philippart. También se incluye en la lista a la famosa “Rita”, una mujer que hasta la fecha no se ha logrado identificar con certeza, y se investiga si fue Martina Gordillo Peláez, Deidamia García Zavaleta, Rita Uceda Callirgos u Otilia de Jesús Vallejo Gamboa; y las chicas por quienes se sintió sumamente atraído como Hermelinda Melly, Natalia Murguía y Consuelo Hoyle.
No fue feliz con las musas; sin embargo, fue en Europa donde por fin logró alcanzar la felicidad, fundamentalmente con Georgette. Por otro lado, también era un hombre amoroso, tierno, galante, y gustaba obsequiar, leer o traducir sus poemas a las mujeres de turno, tal como lo hizo con María Rosa Sandoval en el Perú, y con Georgette en Francia. ¿Fue un mujeriego empedernido? Si bien fue leal a sus parejas peruanas, con las francesas se transformó en un mujeriego a carta cabal, pues fue capaz de estar con dos mujeres al mismo tiempo: Henriette y Georgette. Empezó a convivir con Henriette, pero al mismo tiempo enamoraba a Georgette, y al final se quedó con esta última. Este 28 de julio tendré el gusto de presentar el libro en la FIL y luego les contaré de otros detalles del texto de Pachas.