Espacios públicos para hacerse escuchar, por Santiago Dammert

Las municipalidades de Lima y Miraflores han declarado “zonas restringidas” para las manifestaciones ciudadanas. En el caso de Lima se refiere a un sector del centro histórico, que según la autoridad estaría en riesgo frente a la congregación de personas. En el caso de Miraflores, la Ordenanza N° 256 data del año 2007 y restringe las manifestaciones en el corazón del distrito, incluyendo el parque Kennedy. Recientemente, la actual administración ha hecho referencia a su vigencia frente a la posibilidad de marchas.

Ciertos espacios públicos, por su importancia simbólica, son puntos naturales para la expresión de demandas ciudadanas. Tradicionalmente en Lima estas han sido las grandes plazas del centro histórico y más recientemente, ha ganado importancia el parque Kennedy, en Miraflores. Esto se debe a que están cerca a los centros de poder político (como el Palacio de Gobierno o el Congreso) o porque son un punto de congregación céntrico, concurrido y de fácil acceso.

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Las restricciones al uso de ciertos espacios vulneran el derecho a la protesta que todos tenemos bajo nuestra Constitución. Así lo dictaminó el Tribunal Constitucional frente a un caso similar en el 2005, resolviendo que no se puede restringir el derecho a reunión o libre tránsito en el espacio público, al menos que haya causas probadas y justificadas para hacerlo. Además, en caso de manifestaciones políticas, las interrupciones de vías no requieren autorización.

La actitud de las autoridades municipales debería preocuparnos. Ejercer el derecho a la protesta es fundamental para el adecuado funcionamiento de una democracia, sobre todo en los espacios públicos que tienen una historia de intercambio político. No hace falta estar de acuerdo con el motivo de una protesta u otra, pero es crucial proteger el derecho de todos a manifestarse.