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Opinión

La banda presidencial, por Sandro Mairata

“Ysla nunca falla, pero su registro es tan bufonesco que incluso escenas que pudieron tener más sentimiento se atascan en lo trivial”.

larepublica.pe
Banda aparte. Eduardo Mendoza dirige una comedia con tinte político y zarza criolla. Foto: difusión

Por Sandro Mairata | @CINENSAYOLat y @smairata

Que haya que confirmar que La banda presidencial es una comedia que sí da risa nos da cuenta del mal año que ha tenido el cine peruano en el rubro del humor. Es un producto comercial con sustancia y mirada política más allá de la obviedad de su trama a partir de las máscaras de expresidentes explotadas en su estrategia de mercadeo, pero en sumas y restas el director Eduardo Mendoza no se atreve a ser más provocador allí donde bien pudo serlo. Igual hay material interesante que distancia a La banda presidencial del resto.

Cuatro amigotes se reúnen tras la muerte de un amigo llamado Paco para debatir sobre la vida: el catedrático Ramiro (Giovanni Ciccia), el idealista y ludópata Luis Enrique (Emilran Cossío), el técnico de reparaciones Freddy (Haysen Percovich) y el terapeuta geriátrico Silvio (Andrés Salas). Todos andan cortos de dinero, en especial Ramiro, a cargo de una hija con una severa enfermedad. Entre la patota Luis Enrique revela un plan para asaltar un casino y, puesto que todos están quebrados, aceptan.

Pasando por alto que el guion del propio Mendoza junto a Rasec Barragán quiere hacernos creer que Luis Enrique llevó un cuaderno al casino y sobre la mesa de apuestas (y con las cámaras encima) pudo garabatear su asalto, el relato juega muy bien cuando ironiza sobre lo plausible: las distancias generacionales, los caprichos de los medios, la vorágine de las redes. Resulta también que nos apoyamos en una realidad concreta de 2022: 92% de peruanos desaprueba al Congreso. Y en otra más: casi todos nuestros presidentes recientes están investigados o sentenciados por corrupción.

El gatillo político son las máscaras de cuatro expresidentes para el asalto –Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Alberto Fujimori y Alan García– y el hecho accidental de llevarse un congresista (Christian Ysla) de rehén. Hasta ahí llega el atrevimiento; Mendoza-Barragán evitan que sus ladrones tengan preferencias u opiniones políticas individuales. Todos los presidentes roban, todos los congresistas roban. Por ello, robar un poco nosotros no estará del todo mal. Es casi como si las máscaras estuvieran de más.

Ysla nunca falla, pero su registro es tan bufonesco que incluso escenas que pudieron tener más sentimiento se atascan en lo trivial. El cuarteto funciona articulado; el sabor criollo de Salas y el amplio registro de Cossío destacan allí donde se nota que Ciccia hubiese querido hacer más con su rol. El guion tiene una broma para todo y muchas veces la chanza surte efecto hasta que sucede un momento mal planteado (la desaparición en la bañera) y se anula lo ganado. Pero para cuando vemos al desaparecido Diego Bertie en un elegante personaje de stock tenemos más que confirmado que todo esto navega en un condimentado sabor peruano.

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Ficha

  • Título: La banda presidencial
  • País: Perú
  • Año: 2022
  • Director: Eduardo Mendoza
  • Protagonistas: Giovanni Ciccia, Emilram Cossío, Andrés Salas
  • Disponible en: Cines
  • Calificación: 2.5/5