La urgencia por enfrentar la pandemia y tratar de entender su evolución ha despertado a nivel global un interés marcado en el discurso tecnológico y su aplicación a la búsqueda de soluciones rápidas a favor de más bienestar para todos.
Por eso, no resulta extraño que en Europa y otras latitudes del mundo haya surgido una nueva agenda de las relaciones exteriores-RREE, que se expresa en la promoción de la CTi (ciencia, tecnología e innovación) y otras prioridades vinculadas con demandas propias de estos tiempos. Anteriormente, en este espacio he tenido la ocasión de explicar la conveniencia de desarrollar en la Cancillería del Perú una agenda moderna a favor de estos temas y que se concrete en la figura de los embajadores CTi o la presencia de profesionales ad hoc (agregados diplomáticos CTi) en las distintas misiones del país por el mundo.
Por ello, me satisfizo grandemente haber sido parte el jueves 2 de setiembre pasado de un evento digital memorable, por varias razones:
Primero, porque contó con la participación del actual canciller del Perú, Óscar Maúrtua, quien esbozó con mucha claridad cuál es la nueva agenda de las RREE peruanas. En esa agenda, la innovación tecnológica tiene un espacio ganado y con enorme potencialidad de consolidarse.
Segundo, porque el evento logró convocar a un selecto panel de expertos nacionales y extranjeros que facilitaron diversas visiones y buenas prácticas que confirmaron que en pleno siglo 21 la mejor manera de lograr la integración de las naciones es sin duda a través del conocimiento y la ciencia.
Y, finalmente, en tercer lugar, porque la transmisión del evento sufrió una perrería que pretendió desestabilizarlo, a través de la difusión de imágenes pornográficas. Pues bien, dicha intrusión digital me dio la oportunidad de explicar el porqué era necesario no solo hablar de digitalización, sino entender porqué es crítico saber cómo usarla adecuadamente para, entre otros asuntos, poder gestionar intrusiones y otras prácticas de ciberdelincuencia.
En medio de idas y venidas, vueltas y volteretas de un Gobierno que aún no termina por clarificar su ruta, ha sido una buenísima noticia saber que las RREE del Perú sí tienen un rumbo que dará espacio a lo moderno de la CTi y de manera concreta. Que así sea.