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Opinión

Salud, segunda ola y economía

“El Minsa dice que no es responsable; miembros del Comando Vacuna (algunos “brokers” de los grandes laboratorios) dicen que sí. ¿Cuál es el daño de la vacancia...?”.

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A 9 meses de la cuarentena, estamos otra vez en el momento de tomar decisiones difíciles. Ante la posibilidad de una segunda ola, cada vez más y mejor anunciada, tanto por funcionarios del gobierno como por el Colegio Médico y epidemiólogos, se discute algún tipo de cuarentena, focalizada esta vez.

La decisión es complicada porque afecta la economía. Pero antes veamos la salud. Ha dicho Angela Merkel, con una fuerte cuarentena en Alemania, “se trata de salud y economía, salud y educación, salud y sociedad” (Deutsche Welle, 26/11).

Primer problema: no hay inmunidad de rebaño. El estudio de seroprevalencia del MINSA dice que el # de contagiados nacional está en 38% (igual en Lima). Lo que el MINSA no ha hecho –y los expertos reclaman– es publicar la metodología y la data, que han sido modificadas hasta dos veces. ¿Por qué? Más transparencia, por favor.

Segundo: la vacuna. El contrato con Pfizer dice que llegarán 1.8 millones “en el I Trimestre”, o sea 900,000 vacunados (son dos dosis). Y vendrían 9 millones más en el 2021. ¿Por qué estamos en el último pelotón de la región? Es la pregunta del millón. El MINSA dice que no es responsable; miembros del Comando Vacuna (algunos son “brokers” de los grandes laboratorios) dicen que sí. ¿Cuál es el daño de la vacancia al provocar vacío de gobierno?

No hay claridad. La cereza: si llegara la vacuna, ¿cómo vacunar si no tenemos los aparatos “de frío” para guardarla a -60 grados? Otrosí: si tardamos 7 meses en repartir el bono universal, ¿podremos vacunar 11 millones en el 2021? En Chile el Instituto de Salud Pública aprueba hoy la vacuna Pfizer. ¿Y nuestro DIGEMID?

Ahora la economía. Hay 3.5 millones de desempleados en el Perú, el 25% de la PEA. Enorme, inaudito. La masa salarial en Lima ha caído, a octubre 2020, de S/ 8,700 a 5,800 millones. O sea S/ 2,900 millones, 33.5% menos que el 2019. Para todo el Perú son S/ 5,600 millones. Recuperar esos empleos del sector privado es prioridad. Por eso, hay que estimular la demanda (el exministro Thorne pide un tercer bono). Si no, Reactiva Perú, que es un estímulo a las empresas (a la oferta), puede naufragar: ¿a quién le vendo si hay poca demanda?

La inversión pública también es clave. Pero no va a ser inmediata. La pandemia desnudó 30 de años de neoliberalismo: solo se fortaleció el Estado allí donde interesa para los negocios (MEF, BCR, reguladoras, SUNAT). No hubo reforma del Estado, no hay meritocracia ni homologación (muy cara, dijo siempre el MEF). La inversión en salud y educación fue de las más bajas de la región. Donde sí la hubo, en infraestructura, la corrupción arrasó con la clase política y empresarial.

Dinero hay, y gran capacidad de endeudamiento. No es hora de ajustes fiscales (pueden comenzar a fines del 2021), sino de gasto anticíclico para reactivar. Aquí entra el bono universal: los S/ 5,500 millones, 1% de PBI, tienen un efecto multiplicador por el doble. No son una limosna, sino una compensación: Trump dio un bono de desempleo de US$ 2,400 mensuales por 5 meses, adicional a los US$ 1,200 “normales”. Por eso el PBI de EE. UU. (y europeo) “cae menos”.

La corrupción no se ha ido. Tampoco las arremetidas del Congreso (devolución de “aportes” de la ONP). Y las crecientes protestas sociales indican la gravedad de la crisis. Como no hubo cambios anticipatorios (“no tocar el modelo”) ahora los cambios intempestivos –con gente en las calles pidiendo mejoras económicas– agudizan la crisis política y de representación, que está en fase terminal, lo que pone en agenda cambios constitucionales.

No hay inmunidad de rebaño ni vacuna, hay recesión, desempleo, caída de ingresos, crisis política. Se viene la Navidad y Año Nuevo (¿más contagios?). Si el gobierno no enciende motores ahora tendremos verano caliente con campaña electoral, segunda ola y más crisis económica. Para enfrentarla, como dijo Merkel, la salud viene primero. Ya es hora.

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