La potente explosión de Beirut ha cobrado sus dos primeras víctimas políticas, los ministros de Información y Medio Ambiente, mientras que cinco días después del devastador suceso hay poca esperanza de encontrar supervivientes debajo de los escombros.
La ministra libanesa de Información, Manal Abdel Samad, dimitió este domingo 9 de agosto al considerar que sigue habiendo “resistencia” a aceptar los cambios que exige la población tras la tragedia, que ha dejado de momento 158 muertos y unos 6.000 heridos.
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“Después del horror del desastre de Beirut, presento mi dimisión del Gobierno”, anunció Abdel Samad en un comunicado, según la Agencia Nacional de Noticias (ANN) libanesa, seguida pocas horas después por el titular de Medio Ambiente, Damianos Kattar.
En una nota, comunicó su dimisión "ante el horror de la catástrofe, en reverencia a las almas de las víctimas inocentes, en solidaridad con los heridos y sus familias, sintiendo el dolor de las familias de los desaparecidos, en simpatía con todos los afectados (...) y en medio de un sistema estéril y afligido".
El ministro afirmó que está "triste hasta la muerte" por lo ocurrido.
Mientras tanto, en las calles de Beirut, la rabia e indignación ciudadanas volvieron a alimentar este domingo protestas violentas, después de que ayer los manifestantes asaltaran las sedes de varios ministerios y se enfrentaran con la Policía, con un saldo de 250 heridos y un agente fallecido.
Este domingo, las fuerzas de seguridad y los manifestantes se arrojaron gases lacrimógenos, piedras y material incendiario en los alrededores del Parlamento, en el centro de la capital libanesa.
Por su parte, el Ejército libanés dio hoy por concluida la primera fase de las labores de búsqueda y rescate, sin que los equipos locales e internacionales hayan hallado supervivientes, lo cual será menos probable a partir de este momento.
El jefe del batallón de ingeniería del Ejército libanés, Rojeh Khoury, explicó que después de tres días de búsqueda “la esperanza de encontrar a personas con vida ha disminuido”, pero que continúan los trabajos para recuperar los cadáveres debajo de los escombros.
”Los equipos que estaban buscando a gente con vida consideran que su trabajo ha terminado”, afirmó Khoury.
Según Khoury, grupos de rescate de Holanda, Chipre, Polonia, Alemania, Grecia, República Checa y Catar encontraron sobrevivientes en las zonas que les habían sido asignadas y algunos se han retirado al no hallar personas con vida.
Sin embargo, los turcos, franceses y rusos siguen apoyando a los equipos libaneses en la zona más afectada, donde "están en alerta y trabajan veinticuatro horas al día" para recuperar los restos de las víctimas.
La deflagración se originó en un almacén del puerto de Beirut donde se encontraban casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio desde 2014 sin las debidas medidas de seguridad, según admitió el primer ministro libanés, Hasan Diab, aunque todavía se desconoce qué provocó su detonación.