Una señora mantuvo a su hija encerrada por más de 26 años en el interior de una casa del poblado de Arefinsky (Rusia) con el fin de “alejarla de los peligros del mundo exterior”. La mujer cautiva pasó 14 años sin poder bañarse y era forzada a alimentarse con comida para gatos.
Nadezhda Bushueva vivía con su madre Tatyana. Una vez terminó sus estudios en el colegio a los 16 años, la joven fue impedida por su progenitora de asistir a la educación superior o conseguir un trabajo, y quedó atrapada dentro de una choza llena de animales, en la cual no había agua potable ni electricidad.
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Al comienzo, la joven se “acostumbró” y no trató de irse del lugar. La reclusión se fue haciendo más acentuada con el retiro de Tatyana, quien rechazaba las ayudas de los programas sociales. Finalmente, cuando su madre cayó enferma y tuvo que ser llevada a un hospital, Nadezhda no aguantó más y recurrió a la oficina de un funcionario en busca de ayuda.
La mujer huyó de casa una vez enfermó su madre. Foto: Central European News.
La mujer, ahora con 42 años, contó que la casa estaba repleta de gatos y ratas, cuyos cadáveres en descomposición eran dejados en el suelo; y que dormía con su madre en el mismo colchón. Según el medio The Sun, Nadezhda también confesó no haberse bañado desde el año 2006.
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“Mi vida es peor que la de la de un gato. Los gatos tienen más derechos. Ya ni siquiera existo, soy un muerto viviente”, manifestó la mujer, quien aún no tiene muy claro cómo funciona el mundo exterior.
También en Rusia, dos padres dejaron solas a sus pequeñas hijas por cuatro días y a su regreso encontraron muerta a una de ellas.