En Cuba, un frustrado padre trata de sobrevivir el día a día. La razón: su hijo padece una enfermedad rara que le provoca tener hambre todo el tiempo, por lo que es capaz de comer cualquier cosa que sea digerible.
Héctor Fernández debe cerrar con llave todos los espacios que guarden objetos comestibles. El refrigerador, el botiquín y los armarios están sellados. Incluso, el basurero es un lugar prohibido, ya que una vez encontró a su hijo, Christian, buscando dentro.
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La extraña enfermedad del joven de 18 años se llama síndrome de Prader-Willi y es incurable, recoge la BBC. Los pacientes con esta afección nunca dejan de tener hambre, ya que nunca se sacian con lo que consumen.
El efecto es tal que incluso podrían “comer hasta morir”, asegura Fernández.
“Para él, todo es comida”, agrega; y cuenta que en ocasiones vio a su hijo comiendo del plato de los perros y vaciando “un tubo entero de pasta de dientes en su boca”.
El síndrome de Prader-Willi se origina por una alteración genética a causa de un fallo en el cromosoma 15. Sin embargo, no solo afecta a la personas que lo padece, sino también a sus allegados.
Para los primeros, provoca obesidad y diabetes. Repercute en su esperanza de vida de manera negativa y también en el desarrollo mental y a nivel de comportamiento. Christian, por ejemplo, se enfurece demasiado cuando no le dan comida.
“Es como un huracán de categoría cinco, aplastando cualquier cosa a su paso”, afirma el progenitor.
Durante un episodio de ira, los padres del paciente se vieron obligados a amarrarlo a una silla. Esta situación hace que el día a día de ellos también sea devastador.
“No sé qué le pasará después de que me haya ido”, confiesa Fernández, y derrama lágrimas por la frustración que siente.
La enfermedad de Christian de por sí es muy difícil de tratar; sin embargo, lo es aún más por el lugar donde se encuentra. La comida y las medicinas que necesitan su padre y él son muy difíciles de encontrar.
Según afirma la BBC, Cuba sufre una falta de inversión crónica en salud. Además, los médicos de la isla no tienen mucha experiencia en el tratamiento para casos como el de su hijo.
Por el momento, Héctor Fernández alimenta a Christian con una dieta macrobiótica para controlar su peso y los niveles de azúcar en la sangre.