Crisis en Venezuela | La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), encabezada por monseñor José Trinidad Fernández, se reunió este viernes con la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet. En este encuentro, el religioso le entregó una misiva en nombre de la Iglesia Católica de Venezuela, donde plantea algunas soluciones ante la crisis provocada por Nicolás Maduro.
La carta, reproducida íntegramente por medios locales, puso en contexto la grave crisis carcelaria, económica y el éxodo masivo que vive Venezuela. En ella, la Iglesia solicita a Bachelet “que su informe refleje el rostro real de lo que pasa”, y “el nombramiento de un equipo que en coordinación con los distintos entes del país”.
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Monseñor José Trinidad Fernández exigió “la liberación de los presos políticos y la eliminación de las comisarias como centros de reclusión”, y “que se busque la solución de fondo a la crisis de gobernabilidad a través de elecciones libres y transparentes, con un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) y una nueva revisión de la data del Registro Electoral” en Venezuela.
Una de las frases memorables del documento insta a sacar a Nicolás Maduro del poder. “La salida es la elección de un nuevo Presidente y el reconocimiento de la Asamblea Nacional como ente elegido por el pueblo".
“La crisis que vive el país hunde sus raíces en la corrupción y la impunidad ante los saqueos del erario público y no simplemente por las sanciones que se han hecho. Venezuela antes de estas sanciones ya estaba en una situación económica deprimente”, finaliza.
A continuación se reproduce el documento inédito:
Dra. Michelle Bachelet
Agradecemos su presencia en Venezuela por la atención y el tiempo que ha dedicado a la escucha de las distintas Organizaciones sociales del país, y consideramos su oportuno Informe ante la grave crisis que vive el pueblo venezolano.
Como Obispos nos sentimos confiados en su firme voluntad de ser voz y defensora de los Derechos Humanos. Siendo portavoces de la población más vulnerada en su dignidad humana, manifestamos:
1. La Iglesia Católica en Venezuela desde el año 2004, viene denunciando la situación de la grave crisis humanitaria que vive nuestro pueblo. Somos defensores de la vida en todos sus aspectos y la voz de los pastores es escuchar el clamor de nuestro pueblo.
Ha ido en aumento la diáspora masiva, la nueva forma de esclavitud, entre ellas la trata de personas, la prostitución, la situación de Frontera, falta de respeto hacia la gente en las Alcabalas, el aumento de la desnutrición infantil, el manejo de la mentira como que si fuera verdad, el tema de la gasolina que no son horas, sino días enteros para abastecer los vehículos, en la zonas de fronteras.
2. Constatamos la calamidad la crisis eléctrica en toda Venezuela, con excepción de Caracas para dar la sensación de normalidad a quienes visitan el país; la situación del agua que no llega a los hogares, debido a las fallas eléctricas. Se está menospreciando la dignidad de la persona humana.
El crecimiento del suicidio, la falta de prosecución de estudios ante la deserción, por pobreza, falta de alimentación y de transporte. La precariedad alimentaria ante los altos costos hace imposible adquirir los productos básicos, la grave situación de la salud pública que se traduce en la falta de medicina y las condiciones deprimentes en las que se encuentran nuestros hospitales, trayendo como consecuencia la reaparición de enfermedades que habían sido erradicadas.
La pérdida del Estado de Derecho imposibilita a quien acudir dejando en la orfandad a las víctimas de la violencia por parte del Estado, mayor respeto a los DDHH. Finalmente la depredación del medio ambiente por la extracción de la riqueza mineral y sobretodo humana.
La explotación a las poblaciones indígenas, asociada a la minería ilegal, está deteriorando la Amazonía, pulmón natural de nuestro planeta y reserva mundial de agua dulce.
3. Nuestra expectativa es que su informe refleje el rostro real de lo que pasa en Venezuela, que permita señalar mecanismos para solucionar los problemas de fondo de lo que ocurre con nuestro pueblo. Para ello pedimos el nombramiento de un equipo que en coordinación con los distintos entes del país, monitoree el informe y las recomendaciones que Usted dará a conocer el próximo mes de julio y constatar las realidades al interior del país y en la Fronteras.
4. Solicitamos que en las reuniones con el Gobierno logre poner sobre la mesa temas importantes como el reconocimiento de las ONG´S, y la permisología necesaria para formalizar la entrada de insumos para la asistencia Humanitaria.
Pedimos la liberación de los presos políticos y la eliminación de las comisarias como centros de reclusión. Que se eliminen las prácticas abusivas que violan los derechos humanos de los distintos grupos de seguridad del Estado (SEBIN, FAES), grupos irregulares como los Colectivos que actúan con absoluta impunidad.
5. Tema Electoral: Acudimos a Usted para que intervenga en la restitución de los derechos electorales, políticos y económicos de la población, que permita a los venezolanos vivir en libertad, dignidad y progreso; que se busque la solución de fondo a la crisis de gobernabilidad a través de elecciones libres y transparentes, con un nuevo CNE y una nueva revisión de la data del Registro Electoral. La salida es la elección de un nuevo Presidente y el reconocimiento de la Asamblea Nacional como ente elegido por el pueblo.
6. La desesperanza es ya un problema de salud pública, el índice de suicidio se ha cuadruplicado en el último año, ha aumentado la indigencia y los niños en situación de calle.
7. La Iglesia está preocupada por la anomia social, que se expresa en la impunidad estatal ante el delito y en la promoción de formas de defensas sea de forma armada o simbólica que crean brechas entre los mismos venezolanos.
Ante esta situación la Iglesia Católica promueve en sus Exhortaciones y Comunicados, la reconciliación y la salida pacífica, ante estos conflictos, a través del acompañamiento que hacen las distintas instancias eclesiales en la búsqueda de la reconstrucción del tejido social.
8. La crisis que vive el país hunde sus raíces en la corrupción y la impunidad ante los saqueos del erario público y no simplemente por las sanciones que se han hecho. Venezuela antes de estas sanciones ya estaba en una situación económica deprimente. La grave crisis humanitaria se resuelve si, los factores de poder buscan el bien común de todos.