Desde la toma de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en Ciudad de México que ocurrió el último 3 de setiembre, las protestas feministas se intensificaron en al menos 25 estados del país debido a la desidia del Estado ante las altas cifras de violencia de género.
Entre toma de edificios, marchas y plantones, cientos de feministas salieron a las calles para alzar su voces y exigir que se frenen los feminicidios y se respeten sus derechos.
Además de la toma de las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos en el Estado de México a manos del colectivo Manada Periferia, el diario El Universal registró otras manifestaciones de este tipo en Veracruz, Nuevo León, Puebla, Chiapas, Sonora, Tabasco, Nayarit, Quintana Roo, Yucatán, Michoacán, Aguascalientes y Tlaxcala.
En otros estados de México, las protestas feministas se llevaron a cabo en fiscalías, procuradurías y otras instituciones públicas.
Con respecto a la toma de la CNDH en la capital, que ahora es el Refugio Ni Una Menos, las colectivas feministas y las madres de mujeres víctimas de violencia de género han hecho saber que no dejarán el recinto. En efecto, ya pasaron más de dos semanas desde que la locación fue tomada.
Pese a la pandemia por COVID-19, Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios (RNR), aseguró que los colectivos feministas continuaron manifestándose a través de redes sociales y buscando nuevas formas de protesta.
“Los movimientos seguimos vivos, exigiendo que haya justicia para nosotras, algo que históricamente no hemos tenido las mujeres y las niñas. Estas movilizaciones y las tomas son el inicio de una revolución que se ha venido gestando como resultado de las omisiones y la impunidad en los casos de víctimas de feminicidio, desapariciones y otros delitos”, resaltó Figueroa.