No cabe duda que la vida del productor Ricardo Morán ha dado un gran giro desde que se convirtió en padre de sus mellizos, Catalina y Emiliano, el 26 de abril de 2019. Desde entonces, no ha dudado en expresar públicamente el amor infinito que les tiene a sus hijos.
Por ello, la marca de pañales Pampers pensando en la diversidad de familias, eligió al jurado de Yo Soy para que sea figura de sus productos. Si bien muchos aplaudieron la iniciativa, también una gran cantidad de gente criticó duramente al productor no solo por ser homosexual, sino también por supuestamente querer suplantar el rol de una madre.
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“¿Por qué no ponen a una mamá?”, “¿Y cuando el bebé pida teta quien de los dos le va a dar?”, “Es un comercial de bebé, mínimo deberían poner a una señora y su bebé” fueron algunos de los duros comentarios de los usuarios hechos en Facebook.
Ricardo Morán
Pero, ¿qué evidencian estas críticas y por qué se deslegitima la paternidad de Ricardo Morán? Adriana Fernández Godenzi, magíster en Psicología Comunitaria, afirma que en un país conservador y tradicional como el Perú, es predecible que grupos conservadores se sientan atacados ante la paternidad distinta de Morán.
“Tú ves a Ricardo Morán como un padre amoroso, una persona responsable y un ser de éxito y con la capacidad absoluta de poder criar a sus dos hijos. Entonces, es un modelo que rompe estos esquemas que muchos grupos de poder religioso quieren imponer como discursos de verdad”, declara Fernández a La Repúbica.
Esos esquemas a los que hace referencia la psicóloga son los prejuicios que existen sobre la comunidad LGTBI. En este caso, Ricardo Morán al ser abiertamente homosexual, irrumpe con aquellos estereotipos negativos vinculados a la promiscuidad o a padecer ciertas enfermedades como el VIH.
“Las mujeres saben criar y los hombres, no” es una de las tantas ideas machistas que existen sobre la paternidad y maternidad, asegura Adriana Fernández, las cuales a su vez han sido creadas por una cultura machista y patriarcal.
“Durante muchas décadas, la psicología ha tenido una mirada muy tradicional y conservadora sobre la importancia del vínculo madre-bebé. Sin embargo, desde hace ya un tiempo, dentro de la psicología ya no hablamos solo de este vínculo, sino hablamos de cuidadores principales”, explica.
De esta forma, sostiene que la idea principal es que el cuidado de un bebé o de un niño puede ser ejercido por cualquier persona, que tenga la capacidad de conectarse afectivamente con el menor, y que además, “a través del afecto y cariño, pueda brindarle una conexión que le permita su desarrollo integral”.
No obstante, a la fecha, la especialista afirma que existen muchas críticas sobre las familias homoparentales, donde una pareja de dos mujeres o dos hombres son progenitores de dos o más niños.
En ese sentido, la experta aclara que no solo es la mujer quien tiene el “instinto maternal”—que erróneamente se cree que existe—y la capacidad para asumir el cuidado de un bebé, sino también padres solteros como Ricardo Morán, abuelos, hermanos o cualquier otra persona que tenga algún vínculo afectivo con el pequeño.