Retroceso. El pasado viernes 12 de junio, en pleno mes del Orgullo LGTBI, Estados Unidos revocó derechos sanitarios a la comunidad transgénero a través de una ley aprobada por la administración de Donald Trump y que deja sin efecto la norma que prohibía la discriminación en atención médica a pacientes trans.
La acción fue condenada por Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York y, especialmente, por parte de la comunidad LGTBI, al cumplirse cuatro años del tiroteo en Pulse, discoteca gay de Orlando, donde murieron 49 personas.
Una norma promulgada en 2016, interpretó que la Ley de Derechos de Atención Médica, que ''prohíbe la discriminación basada en raza, color, origen nacional, sexo, edad o discapacidad en ciertos programas y actividades de salud'', se enfocaba también en la discriminación por identidad de género, protegiendo así a la comunidad trans y no binaria.
Sin embargo, el pasado viernes 12 de junio, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS), compartió un comunicado anunciando que se eliminaron ''ciertas disposiciones de la Regla de 2016 que excedían el alcance de la autoridad delegada por el Congreso en la Sección 1557. El HHS hará cumplir la Sección 1557 volviendo a la interpretación del gobierno de discriminación sexual de acuerdo con el significado simple de la palabra ‘sexo’ como hombre o mujer y según lo determinado por la biología''.
Comunidad transgénero
Por su parte, Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York y crítico de las medidas adoptadas por Donald Trump frente a la pandemia de la COVID-19, manifestó su desacuerdo y compartió un mensaje a través de su cuenta de Twitter.
''En un momento en que hay tanta violencia contra las personas trans, es detestable que la administración de Trump esté quitando las protecciones de salud. Recordatorio: Según la ley del estado de Nueva York, la discriminación basada en la identidad de género o la expresión de género es ILEGAL'', compartió en la red social.
La norma que protegía a las personas de la comunidad LGTBI, oficializada durante el gobierno de Barack Obama en 2016, y que ha sido revocada por Donald Trump, también incluía políticas de no discriminación a personas con antecedentes de interrupción voluntaria del embarazo.
En esa línea, la Unión Estadounidense de Libertades Civiles criticó la medida, advirtiendo que podría costar vidas. ''La administración de Trump se ha puesto en la misión al poner las creencias religiosas y políticas por encima de la atención médica de un paciente. Esto es mortal y todos deberíamos estar indignados'', indicaron en un comunicado de prensa.