Hace 150 años, la familia Vanderbilt representaba el poder y la riqueza en Estados Unidos. Cornelius Vanderbilt, su patriarca, amasó una fortuna comparable a las fortunas más grandes que se han perdido en la historia de Estados Unidos, como las de Elon Musk o Bill Gates hoy. Sin embargo, con el paso de las generaciones, esa riqueza se diluyó, marcando la caída de una de las familias más poderosas y ricas de Estados Unidos.
Cornelius, nacido en 1794 en una familia de granjeros, construyó un imperio a partir del transporte marítimo y ferroviario. Su habilidad para identificar oportunidades en mercados emergentes lo llevó a acumular una vasta fortuna. Sin embargo, su legado financiero comenzó a erosionarse a medida que pasaba de una generación a otra, hasta desaparecer casi por completo.
Cuando Cornelius Vanderbilt falleció en 1877, dejó el 95% de su fortuna a su hijo William Vanderbilt, lo que consolidó a la familia como una de las más ricas de Estados Unidos. William duplicó la herencia de su padre, pero fue en la tercera y cuarta generación donde el imperio financiero empezó a desmoronarse.
Cornelius II y William Kissam, nietos del fundador, adoptaron un estilo de vida lujoso y ostentoso, priorizando las fiestas y las grandes mansiones en lugar de cuidar el legado financiero. Con la cuarta generación, los Vanderbilt se convirtieron en celebridades, centrados en los placeres del ocio, cabalgando y navegando en yates, en lugar de invertir y cuidar la fortuna que habían heredado.
Este declive de la familia Vanderbilt refleja un fenómeno común entre las grandes dinastías: el desafío de mantener una gran fortuna a lo largo de las generaciones. La frase "la riqueza no sobrevive más allá de tres generaciones" cobra relevancia al observar cómo una de las fortunas más grandes de la historia se diluyó hasta desaparecer.
Cornelius Vanderbilt dejó el 95% de su fortunas a su hijo William, el inicio del declive de una dinastía. Foto: Tripadvisor
A pesar del declive de los Vanderbilt, el crecimiento económico de Estados Unidos ha permitido que nuevas fortunas emerjan en diferentes estados. En la actualidad, varios estados de EE.UU. albergan algunas de las economías más grandes y poderosas del mundo.
Entre los estados más ricos se encuentran:
Si bien la fortuna de la familia Vanderbilt se perdió, Estados Unidos sigue siendo una tierra de oportunidades para aquellos que buscan construir su propio imperio financiero. Algunos de los sectores más rentables hoy en día incluyen: