Hay ganadores y perdedores claros en el debate presidencial que organizó el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Sin embargo, pese a que existe coincidencia sobre quiénes lo hicieron mejor y quiénes peor, los expertos consultados son cautelosos sobre los posibles efectos en los resultados del domingo 11 de abril.
En las tres sesiones del debate del JNE, se esperaban marcados despliegues de los candidatos presidenciales en la búsqueda de convencer al gran número de quienes no encuentran a quién respaldar. Sin embargo, hubo participaciones meritorias, choques y caídas, pero no grandes ‘performances’. Con todo, en los sondeos de La República en web, el público dio como ganadores a Verónika Mendoza, Hernando de Soto y Julio Guzmán, uno de cada día.
El psicólogo Hernán Chaparro, docente e investigador de la Universidad de Lima, aclara que es complicado hacer un pronóstico al respecto. Eso sí, advierte que, si hay alguna variación, esta se podrá reflejar en las encuestas que se publiquen el fin de semana, como la del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
“A quienes mejor les fue es a Mendoza, Fujimori, Beingolea y Guzmán. Y los que perdieron oportunidades son De Soto, López Aliaga, que no creo que convenza a adicionales, y también Lescano”, destaca Chaparro.
El dato. Aunque algunas participaciones llamaron la atención, no hubo suficiente fuerza para esperar un gran impacto entre los votantes a favor de alguno. Foto: difusión
Añade que en un formato como el empleado en el debate desde el lunes hasta el miércoles tiende a destacar la claridad en la comunicación y la capacidad de reaccionar y polemizar.
“Mendoza estuvo articulada, por eso ha destacado, más allá de que se esté a favor o en contra de sus contenidos”, dice.
“Guzmán logró plantear propuestas y si hubiera sido más confrontacional con López Aliaga, quizás le hubiera ido un poco mejor”, añada el experto.
Sobre Lescano, advierte que “estuvo lleno de generalidades”.
“Fujimori también fue articulada, estuvo ordenada y planteó cosas. Hay que recordar que en el sector de la centroderecha y la derecha hay un vacío, es un sector disperso que anda buscando alternativas y ella (Keiko) se muestra como una opción”, sostiene.
Alguien que también eventualmente podría beneficiarse de ese espacio hacia la derecha es el candidato del Partido Popular Cristiano (PPC). “Beingolea estuvo claro, articulado, con una buena formación ideológica”, considera Chaparro.
La pregunta es si podrá remontar en pocos días. Los resultados de las encuestas anteriores al debate lo ubicaban con intención de voto del orden de un 1%. No es imposible, desde luego, pero sí difícil. Ya ha habido episodios de remontadas importantes, precisamente después de presentaciones auspiciosas en debates. Están los casos de Enrique Cornejo en el 2014 y Jorge Muñoz en el 2018, ambos en los comicios municipales. El primero no ganó, aunque capturó una buena porción de votos que le permitió salir del fondo y el segundo se convirtió en el actual alcalde de Lima. Un ejemplo a nivel nacional sería el de Alberto Fujimori, en 1990.
“La diferencia es que, en esos casos, de Cornejo, Muñoz o Fujimori, había polarización. Lo de ahora más que polarización es una fragmentación”, explica Chaparro marcando distancias.
Segundo día: De Soto, Alcántara, Humala, Gálvez y Urresti.
El abogado y analista político Iván Lanegra, secretario general de la asociación Transparencia y profesor de la Universidad Católica (PUCP), resalta que, a pesar de los debates, la ciudadanía estará yendo a votar en un contexto de gran desconfianza en los políticos y los partidos y con mucha insatisfacción con la oferta política existente.
“Desde luego, pueden ayudar a resolver las dudas de quienes queriendo optar, aún no decidían por quién, tanto por haber seguido los debates como por el rebote de estos en los medios y las redes sociales. Estos pequeños movimientos pueden dilucidar las oportunidades reales de cada postulante en las próximas encuestas”, agregó.
Dadas las distancias tan cortas entre los aspirantes a la presidencia de la República, Lanegra señala que reducidas variaciones en las intenciones de voto pueden resultar decisivas.
Sobre la calidad del debate mismo, el especialista sostiene que el formato no podrá mejorar mientras se mantenga un alto número de candidatos. Esta vez, participaron 18, divididos en tres sesiones de 6 cada una.
“Esperemos que la reforma política cambie esto, y tengamos en el futuro solo un tercio de esta cifra. Pero tampoco mejorarán si los que intervienen en ellos no muestran una mínima capacidad para la deliberación pública”, manifiesta Lanegra.
Tercer día. Lescano, Salaverry, Guzmán, Santos y López Aliaga. Foto: difusión
La consultora política Giovanna Peñaflor, presidenta de Imasen y profesora de la Universidad del Pacífico, considera que los debates del JNE no dejan nada que sea tan significativo que, por sí solo, genere grandes cambios en las preferencias.
“Uno se queda con la sensación de que hay un saldo deudor. El primer grupo fue el más competitivo, pero en general cuesta mucho pensar de que alguno logre cambiar tendencias. Si pensamos en el debate como la gran posibilidad para dar un gran salto, eso no he visto”, dice.
Condice en la buena participación de Verónika Mendoza, pero fundamentalmente por mostrar mayor consistencia con sus rivales en estos días.
“Verónica resultó bastante consistente, pero la pregunta es si logró llegar a los indecisos. Me parece que eso queda todavía como una incógnita”, comenta.
En la derecha, considera que Keiko Fujimori estuvo como se esperaba, Hernando de Soto no descolló, como varios imaginaban, y Alberto Beingolea llamó más la atención. Sin embargo, resulta evidente que requiere un impulso más sostenido para mostrarse como opción viable.
“Beingolea apareció como la sorpresa, entre comillas, para ciertos sectores. Hernando de Soto, que es alguien de mundo, no lo transmitió de forma eficiente. López Aliaga hizo una muy mala presentación y sigue poniéndole techo a su crecimiento. Pero en el espacio de la derecha, ¿le alcanzará a Beingolea para reemplazar a López Aliaga, De Soto y Keiko y asumir ese espacio a cabalidad? Necesita más que el debate”, dice.
Día 1. Verónika y Beingolea fueron los más articulados. Foto: difusión
Similar complicación enfrenta Julio Guzmán, que también tuvo una participación calificada como buena, pero que está bastante lejos para remontar hasta los primeros lugares.
“Guzmán también estuvo más o menos, pero no es cuestión de quedar en los primeros lugares en rankings de ganadores del debate, sino de evaluar si eso alcanza para cambiar las tendencias o convencer a los indecisos. Ese es el problema fundamental. Requiere tener un discurso para los indecisos y eso no lo he percibido claramente en ninguno”, sentencia Peñaflor.
Sin embargo, el tablero de las preferencias electorales tendrá que moverse. Aproximadamente un 27% de los peruanos no tenía candidato, según la última encuesta del IEP. La cuestión es que los debates de esta semana no han dado suficiente fuego para generar cambios relevantes, en una situación en que los postulantes no deslumbran y la pandemia de la COVID-19 y la crisis tienen a la población cargada con otras preocupaciones.
“Sobre si el debate puede generar una gran corrida de votos hacia un lado, no creo. Podrían dividirse como ahora o inclinarse un poco, pero no grandes corridas. Hay que ver qué pasa la próxima la semana. El partido no ha acabado”, alega Peñaflor.
La comunicadora Iris Jave, especialista en comunicación política y profesora de la PUCP, advierte que “no tenemos un electorado que supedite su voto a los debates, pero algunos candidatos han aprovechado estos últimos debates mejor que otros”.
“Verónica Mendoza se mostró como la más contundente. No solamente innovó en su imagen personal, sino que además lo que dijo tiene más consistencia. Ahora sus propuestas son más consistentes y argumentadas. Ha crecido en ese sentido”, señala la especialista.
También consideró que Forsyth cumplió su parte, aunque parecía seguir “frases aprendidas” y tuvo dificultades para reaccionar a la confrontación.
“Me llama la atención que algunos no parecían preparados para la confrontación, que es parte del debate político. Mendoza, Fujimori y Humala pudieron responder en su momento, pero Forsyth y Lescano fueron mucho más débiles”, asevera.
“Lescano es el que menos ha aprovechado el debate”, aduce.
Sobre López Aliaga y su participación leyendo papeles considera que eso lo afecta en un sector, pero quizá no tanto en su público más ideologizado.
Desconcierto. López Aliaga dejó muy mala impresión. Foto: difusión
Coincide en que “no será suficiente el debate”. “Los candidatos necesitan afinar estrategias en este poco tiempo que queda si quieren avanzar”, dice.
Tienen una semana y días para jugarse sus últimas cartas.
Iván Lanegra, abogado, Transparencia
“Los debates pueden ayudar a resolver dudas de quienes queriendo optar aún no decidían por quién. Estos pequeños movimientos pueden dilucidar las oportunidades reales de cada postulante en las próximas encuestas, dadas las distancias tan cortas”.
Hernán Chaparro, psicólogo social, UL
“A quienes mejor les fue en el debate del JNE es a Mendoza, Fujimori, Beingolea y Guzmán. Y los que perdieron oportunidades fueron De Soto, López Aliaga, que no creo que convenza a adicionales, y también Lescano, que habló generalidades”.
Giovanna Peñaflor, consultora, Imasen
“Uno se queda con la sensación de que hay un saldo deudor. El primer grupo fue el más competitivo, pero en general cuesta mucho pensar que alguno logre cambiar tendencias. Si era un debate como la gran posibilidad para dar un gran salto, eso no he visto”.
Iris Jave, comunicadora, PUCP
“Me llama la atención que algunos candidatos no parecían preparados para la confrontación, que es parte del debate político. Mendoza, Fujimori y Humala pudieron responder en su momento, pero Forsyth y Lescano fueron mucho más débiles ante esto.
A medias. De Soto polemizó en una sesión con menos fuego. Foto: difusión
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