Cuando Alfred Bernhard Nobel murió, dejó una de las más grandes fortunas privadas del mundo, aunque en su testamento hubo una gran sorpresa, que para algunos fue una gran desilusión.
Su riqueza estuvo vinculada a participaciones en la compañía petrolera rusa Baku Petroleum y un centenar de fábricas de municiones y dinamita en Europa, América del Norte y del Sur, Australia y Sudáfrica.
PUEDES VER: Premio Nobel: Esther Duflo, la economista que quiere acabar con la pobreza a pie de calle
Nobel tenía también participaciones sustanciales en varias compañías mineras, propiedades en San Remo, París y Suecia, así como un criadero de caballos y un yate. Eso sin contar los ingresos de sus 355 patentes internacionales. Además de haber inventado la dinamita, que era ampliamente utilizada tanto en la construcción como en los conflictos armados.
Su última voluntad
Para el desagrado de sus familiares, quienes intentaron que se declarara inválido, el testamento reveló planes que Nobel había mantenido en secreto.
"La totalidad de mi patrimonio realizable restante se dispondrá de la siguiente manera: el capital, invertido en valores seguros por mis ejecutores, constituirá un fondo, cuyos intereses se otorgarán anualmente como premios a quienes, durante el año anterior, hayan conferido el mayor beneficio a la humanidad.
El interés se dividirá en cinco partes iguales, que se distribuirán de la siguiente manera:
- Una parte a la persona que haya hecho el descubrimiento o la invención más importante en el campo de la física
- Una parte a la persona que haya hecho el descubrimiento o la invención más importante en el campo de la física; una parte a la persona que haya realizado el descubrimiento o invento químico más importante.
- Una parte a la persona que haya hecho el descubrimiento más importante dentro del dominio de la fisiología o medicina.
- Una parte a la persona que en el campo de la literatura debe haber producido la obra más destacada de una tendencia idealista.
- Una parte a la persona que haya hecho el mayor o el mejor trabajo para la fraternidad entre naciones y la abolición o reducción de ejércitos permanentes y la formación y difusión de congresos de paz.
Alfred Nobel nunca instituyó un premio en economía.
De hecho, durante casi 7 décadas desde 1901, cuando se otorgaron los primeros premios, esa disciplina estuvo ausente en la celebración anual de grandes logros de personas u organizaciones más conocida a nivel global. No fue hasta 1968 que el Banco de Suecia decidió crear el premio de economía en memoria del gran regalo de Alfred Nobel.
Aunque el galardón iba a ser administrado por la Real Academia de Ciencias de Suecia y otorgado al mismo tiempo que los verdaderos premios Nobel, el premio de Economía es en realidad el “Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel”.
El premio ha sido controvertido incluso entre los economistas ganadores. En el banquete de los Nobel de 1974, el célebre economista y filósofo anglo-austriaco Friedrich Hayek dijo que nunca habría aconsejado la creación del premio, ya que “el premio Nobel le otorga a una persona una autoridad que, en economía, ningún hombre debería poseer”.
La otra área en particular excluida por Nobel fue la Matemática. Esa omisión ahora está cubierta por el Premio Abel del gobierno de Noruega, diseñado para ser el “Nobel de las Matemáticas”.
FUENTE: BBC