Nació en Perú hace 76 años y terminó siendo adoptado -también legalmente- por Venezuela por cuatro décadas donde fue parte del boom de las telenovelas producidas en el país de la arepa. Roberto Moll está hace un buen tiempo entre nosotros y tan a gusto se siente que se moviliza en dos ruedas, algo en estos tiempos considerado temerario.
Su vínculo con ese medio de transporte empezó en 1967, cuando la universidad donde estudiaba se mudó de Jesús María a Monterrico. Su madre, una limeña criada en Francia, le dijo: Cómprate una moto. “No sé manejar”, respondió. “Entonces aprende”, recibió de respuesta. “Una limeña, y menos en esos tiempos, te diría eso. Y tuve que aprender. Me caí muchas veces, por supuesto, pero comencé a dominar esas dos ruedas y no las he soltado jamás. Descubrí que tener dos ruedas te evita unos tráficos que te pueden dar un infarto. Manejo despacio en Lima. Yo soy consciente que tengo que proteger una vida que Dios me ha regalado, que es mi hija maravillosa, Natasha. Y tengo proyectos hermosos. Me he ganado algunas reprimendas (de la Policía), pero trato de obedecer, de ser un buen ciudadano porque además la gente nos conoce, somos ejemplos de los demás, no podemos portarnos mal”.
Con participaciones que se han visto en 32 países, Moll dice estar disfrutando la continuidad laboral que está teniendo en Perú, desde que llegó en el 2014 para ‘Al fondo hay sitio’. Lo más reciente, su rol de don Bernardo en ‘Pituca sin lucas’ donde es el pretendiente de ‘Cocó’ (Martha Figueroa). “Al público le ha gustado ese amor otoñal que protagonizamos con mucho cariño”, dice el actor que confiesa sorprendido seguir siendo gratamente recordado como el profesor Mariano Tovar de la telenovela ‘Carmín’, estrenada hace 40 años. “Ya no soy el galán, ahora soy el galón”, dice soltando una carcajada.
Roberto Moll y Patricia Pereyra protagonizaron la telenovela boom de los 80: Carmín. Foto: archivo
“Todo se me ha juntado en el mejor momento. Cómo una pareja de la tercera edad puede tener tanto éxito y no solo a nivel nacional, sino internacional. Me llaman de muchos países que la están viendo en YouTube. Es increíble cómo Madame Coco y el panadero Bernardo han conquistado los corazones. Y, por si eso fuera poco, me regalan protagonizar ‘Cariño malo’, espectáculo musical donde soy el dueño de una peña. Tiene un mensaje hermoso para las peñas criollas, que, claro, han empezado a extinguirse, pero que no pueden desaparecer, porque esa es nuestra identidad, nuestras raíces. La música criolla es el Perú. ¿Por qué van a desaparecer? Esta obra es un mensaje de optimismo para que el público nos acompañe a recordar esa época en la que había 15 o 20 peñas llenas todas las noches. Y hacerlo en el Teatro Municipal también es muy significativo, es un teatro hermoso en pleno corazón de Lima. Estoy muy emocionado”, dice con voz entrecortada ganado por el llanto sobre el espectáculo que estrenará el 7 de noviembre.
Con Julie Freundt presentarán '‘Cariño malo: el musical criollo" en el Teatro Municipal de Lima. Foto: difusión
Moll se muestra tranquilo y cauto con el futuro. “No sé qué haré luego. Uno nunca sabe porque un actor es como un gitano. No sé dónde estaré mañana, eso lo decidirá Dios que es nuestro manager. Lo que sí siento es que siempre voy a estar exigiendo y buscando buenos personajes, buenos productores y directores porque no quiero retroceder en cuanto a calidad no solo actoral, sino pertenecer a una productora fuerte y grande, que tenga alto nivel”.
Más cauto se muestra cuando le recordamos cuando por años abrazó al chavismo. Le preguntamos si se había arrepentido de haberse politizado. “Mi tema toda mi vida fueron los personajes, la creación tanto como para teatro como televisión y cine, esa es mi obsesión. Lo demás son circunstancias que pueden vivir personas. Indudablemente, yo aquí en Lima no me meto en nada de eso porque no tiene sentido. Yo estoy muy ocupado como profesor, como actor y no es mi papel. ¿Qué pienso? Que cada ser humano tiene que desarrollar el papel por el cual vino a esta tierra, a esta vida, a cumplir su misión. Mi misión es crear personajes para llenar los corazones de los demás seres humanos, esa es mi misión, estoy muy feliz con ello. De la política que se encarguen los que deberían responsabilizarse por su país. Hay gente que anda por la calle diciendo mil cosas, pero eso es responsabilidad de cada uno. Yo en verdad estoy disfrutando mi momento, mi labor que yo escogí de joven que es ser actor. Hay un esfuerzo grande para ser buen actor, es una tarea muy difícil. Llegar a ser un buen primer actor es una tarea muy ardua así que no estoy para distraerme en otras cosas”.
Del éxodo venezolano con un gran porcentaje en nuestro país, enfatiza que los peruanos fuimos los primeros en salir del país. “Yo me fui en el año 1976 a vivir a Venezuela y me quedé hasta el 2014. Y no solamente nosotros los peruanos hemos migrado. Díganme cuántos millones de latinoamericanos van a Estados Unidos”, se pregunta.
Roberto Moll es un diestro motociclista que va por las calles de Lima. Foto: Ernesto Carozzo
Le preguntamos qué piensa de la crisis venezolana, si le duele ver al país así. “No, yo pienso que cada país tiene su destino, por ejemplo, me duele mucho Perú, me duele la situación política de acá que es gravísima. Entonces cómo vamos a salir de esto es muy preocupante porque yo nací aquí y estoy viviendo aquí. Lo vivo todos los días. Veo que acá tiene que llegar un milagro grande en Perú porque cómo vamos a volver a ser personas decentes, honestas, honradas, éticas, nobles si todo está dañado. Yo en mis oraciones le pido a Dios: ‘Señor, ayúdanos, que esto no acabe en una guerra civil, que vuelva la cordura, que las nuevas generaciones produzcan seres íntegros, en todas las áreas y que ocupen los lugares del sistema judicial, ejecutivo, legal, es decir, que haya una renovación generacional, pero con mentes sanas’.
Toca despedirnos. Moll debe regresar a sus clases de canto para ‘Cariño malo’. Don Felipe es su próximo reto. Y su sueño por cumplir es un personaje que le fascina: Saulo de Tarso, luego convertido en el apóstol Pablo. “Su conversión fue tremenda. Siempre me ha llamado la atención porque Saulo era un hombre de gran intelecto, muy formado y era perseguidor de los cristianos”, finaliza.
Cariño Malo, es un espectáculo con el espíritu festivo de la jarana criolla. La historia nos presenta a la reconocida peña Don Felipe, está a punto de quebrar y su dueño está entercado en no recibir ayuda y buscar solo la solución a todos sus problemas. Sin embargo, con la ayuda de su nieta, Meche y su ayudante, Luis buscarán formas de hacerlo entrar en razón; aunque esto parece imposible. Hasta la llegada de un amor del pasado que viene con una oferta que pondrá a Don Felipe a cuestionar su vida, sus emociones y su futuro.
El show estará compuesto por algunas de las piezas musicales más representativas del género criollo, como: 'Mal paso', 'La noche de tu ausencia', 'Regresa', 'Cuando llora mi guitarra', entre otros. Actúan: Roberto Moll, Julie Freundt, Lelé Guillén, Alejandro Villagómez, Natalia Salas, Francisco Luna, Hugo Salazar y Mónica Dueñas. Dirige Tommy Párraga. Se presentará en el Teatro Municipal de Lima del 7 al 24 de noviembre en únicas funciones. Entradas en Teleticket.