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Domingo

Christina Rosenvinge: "Ahora el feminismo está tan demonizado, no saben qué es"

La española regresa a Lima por los 30 años del primer disco de Christina y Los Subterráneos. "Para las mujeres es más complicado tener una carrera profesional en la música, a largo plazo", comenta.

Christina Rosenvinge se siente más letrista que cantante. Actriz y también escritora, llegó a la música gracias a la literatura y por la influencia de su hermana mayor. Por ese entonces conoció la música de Lou Reed, a quien menciona en ‘Tú por mí’, la sonadísima canción del disco Que me parta un rayo, en la que narra la historia de su amiga Sarah Openshaw. A su hermano, su primer aliado feminista, le escribió ‘Jorge y yo’ de su disco como solista La joven Dolores. “Él no lo sabe hasta el día de hoy, pero se comportó como feminista muchas veces. Cuando me fui de casa y me fui a una casa que estaba vacía para compartir con unos amigos, me regaló una taladradora para que yo pudiera poner las estanterías sin pedirle ayuda a nadie (ríe). Esa es la forma de pensar, es importante encontrar a quienes te potencian como persona, más allá de tu sexo”, nos dice por Zoom.

La madrileña de ascendencia danesa suele repetir la palabra “feminista” y se muestra entusiasta con los cambios. Cuando apareció en la escena, hubo prejuicios en torno a su físico y pusieron en duda la autoría de sus canciones. Sonríe cuando escucha que hay mujeres que se dicen a sí mismas que no son feministas. “Ahora el feminismo está tan demonizado (ríe), me encuentro con muchos chicos que no saben qué es y tienen una idea completamente deformada. Y hay mujeres a las que les oigo decir barbaridades tremendas. No entendieron”.

En Latinoamérica celebras los 30 años del disco con Los Subterráneos, al mismo tiempo, continúas como solista y presentas ‘Los versos sáficos’ en Madrid. ¿Es una dualidad?

(Ríe) Sí, a ver… de hecho, ese primer disco yo normalmente no lo toco o toco una canción de vez en cuando si calza con el nuevo repertorio. Pero sí que he hecho una concesión con Que me parta un rayo, es un concierto único porque tiene un público especial. Los versos sáficos es… no son canciones raras, hay una muy experimental, pero las demás responden a distintos géneros musicales de ahora. Entiendo que no llega a mucha gente porque reproducir lo que pasó con Que me parta un rayo es muy difícil. Eran otros años, las radios tenían mucho poder, los videoclips y cayó en un momento en que era muy necesario. Sigue muy vivo y tiene su propia vida.

¿Pero cuánto de ese primer disco está en tus últimos trabajos como solista? Es decir, es referente de música y feminismo.

Que me parta un rayo es el principio de todo para mí. Es un disco que hice cuando tenía 26 y 27 años, o sea, pertenece a una década vital. Lo que hago ahora tiene el mismo espíritu, pero la forma ha cambiado y también he aprendido mucho. Lo que hago ahora no tiene esa frescura, no es una música juvenil, pero sí tiene la intención de que las letras estén cargadas de significados, no es algo que haga rápidamente. En realidad, no estoy tan lejos, lo que pasa es que tengo algunos años más (sonríe).

¿Qué ha cambiado? Hace poco te escuchaba cuestionar la poca participación de mujeres en los festivales de música.

Un poquito ha cambiado porque por lo menos estamos hablando de ello. Ahora hay muchas mujeres solistas intentando abrirse sitio, también hay muchas que tocan para estar en una banda. Si yo hubiera hecho Subterráneos ahora hubiera sido Subterráneas. La banda que tengo en Safo son todas mujeres y la del próximo disco va a ser mixta. En décadas, con Los Subterráneos en las giras solo ha tenido tres mujeres en la banda contra, a lo mejor, 31 hombres ¿no? Hay una gran diferencia.

La cantautora regresa con el exitoso primer disco de la banda. Crédito: Pablo Zamora.

¿A qué se debió?

Las tres dejaron de tocar. Una porque tuvo hijos, otra porque tuvo que cuidar a su madre y otra porque simplemente se desanimó y se dedicó a otra cosa. Lo que quiero decir es que para las mujeres es más complicado tener una vida profesional en la música, a largo plazo ¿no?

Se les exige más.

Bueno, en la dinámica de un músico estamos la mitad del tiempo fuera de casa. Eso significa que tienes que tener un arreglo familiar que admita que te puedas ir de casa sin culpabilidad (sonríe). Es complicado en las mujeres a partir de tener hijos e incluso al tener pareja.

¿Te pasó sentir esa culpa?

Sí, sí (sonríe). Ahora mis hijos tienen 25 y 20 años y es algo de lo que hemos hablado abiertamente. En mi caso, a partir de separarme pude tocar más sin culpa, pero hasta antes era complicado. Hay que decir en favor (de los hombres) que la labor de cuidar a los hijos no tiene ningún prestigio social para un hombre. Se ve como un perdedor a los ojos de su familia y de muchas mujeres. Para un mundo igualitario tenemos que construir ese prestigio.

Con el primer disco con Los Subterráneos te enfrentabas a prejuicios, pero encontraste respeto desde la banda ¿no?

Sí, yo te diría que el 90 por ciento de los hombres que he tenido cerca trabajando han funcionado como soporte, me han defendido como jefa. Te digo el 90 por ciento porque sí que ha habido alguno, no dentro de la banda, pero sí me acuerdo ahora mismo de un agente de prensa con ideas sexistas. Pero cuando (el machismo) lo viven en su propia piel porque a ellos les afecta que tenga menos conciertos por ser chica, toman conciencia de eso, saben bien de qué lugar deben estar. 

Hiciste un trabajo de investigación para tu último disco. ¿Qué se debe desmitificar sobre Safo? ¿Qué significa para ti como artista?

No es para nada una poeta maldita. Es una poeta de muchísimo éxito. En la antigüedad los reyes querían aprender sus poemas y era famosísima, pero su figura se empieza a transformar empezando por Ovidio, que admiro mucho, pero le inventa un suicidio en un texto suyo y a partir de ahí su figura se va deformando. Entonces, hay una mujer de carne y hueso que escribía poemas, una Violeta Parra de su tiempo y hay, por otro lado, una mítica que está en los museos, con el pecho afuera, a punto de tirarse de un acantilado por el amor de un hombre y cosas así. Para mí, Safo es la primera de mi estirpe. Es una cantautora, ella expone en forma de versos sus pensamientos y pasiones y luego los toca al público con un arpa, o sea, que es una cantautora a toda regla y yo la considero mi tatarabuela, ¡vamos!

Has hablado de batallas. ¿Cuál sería la de ahora para las artistas en la industria actual?

¡Uf! Es sobre todo… transmitir, hacernos sitio, no flaquear y siempre tener en mente que una canción es como un lingote de oro, sabes. Así que hay que seguir haciendo canciones. Pero esto no lo veo como una batalla, hablaría de un bosque que se va expandiendo. Las voces de las mujeres son muy necesarias y tienen que estar presentes, no pueden flaquear porque si no estaríamos viendo solo un lado del mundo. Para ampliar su visión, los hombres necesitan también la música de las mujeres.

Datos: Además de la música, regresó a la actuación con la película Karen (2020) de María Pérez Sanz y en 2019 lanzó el libro Debut.   La madrileña regresa a Lima para un concierto el 11 de octubre en el Centro de Convenciones Barranco.