"He hecho de monja, de madre, de policía. La carrera es larga y si no cambia, entonces, no se ha movido. Mi carrera sí cambió”, afirma Daniela Vega, en una de las salas del centro cultural de la PUCP, de donde va y viene por estos días, como jurado del Festival de Cine de Lima. Con café en mano, tiene unos minutos antes de volver a las proyecciones. “Estoy muy impresionada”, comenta sobre las películas que ha visto y dice que valora los guiones que le dejan preguntas.
La protagonista de Una mujer fantástica, ganadora del Oscar a mejor película internacional en 2018, tiene, al igual que su personaje, una historia de resiliencia. Es la hermana mayor, nació como niño y su familia, en la que hay simpatizantes de derecha, izquierda, de centro -conservadores y no conservadores- la apoyó en el proceso de transición desde que tenía 13 años.
Cuando hablamos del bullying escolar que sufrió y de las películas que abordan la depresión en los niños, dice que su historia sería diferente sin el apoyo de sus padres. “Hubiera sido imposible. El rechazo siempre va a ser un arma letal”.
Cuando terminó el colegio ya había hecho la transición. Dice que no tuvo referentes, salvo el cine de Pedro Almodóvar y a la actriz Bibiana Fernández, pero ella tampoco se siente un referente ahora, aunque sí considera enorme el impacto social de Una mujer fantástica. “El cine pone en cuestión las cosas, por eso es que tiene una importancia, tiene una relevancia social. Yo diría que eso es irremplazable”.
Daniela participa en conversatorios fuera de su natal Chile. Es también cantante lírica y escritora, pero antes de dedicarse solo a la actuación compartió su tiempo entre los ensayos y su trabajo como maquilladora. “Yo partí del teatro y no diría que el inicio fue difícil porque todos los inicios son difíciles. Mi carrera ha sido un viaje muy placentero, donde he podido, por ejemplo, aterrizar en lugares tan mágicos como Lima y conocer no solo su cultura gastronómica, sino, sus colores, sus amaneceres, el mar, la gente. En cada viaje, en cada lugar del globo, me siento muy apoyada”.
La cinta de Sebastián Lelio hizo historia al ganar el primer Oscar para Chile. Y Daniela fue la primera actriz trans en ser presentadora de la Academia. En la película, Marina (Daniela) tiene una relación formal con Orlando, aparentemente aceptada por su entorno. Pero cuando él fallece, el rechazo de su familia es brutal. La protagonista lucha contra la transfobia y con sobrevivir a su expareja sin tener derechos reconocidos. “La recepción de la película me sorprendió gratamente, fue muy bonito. Y no sé si soy referente o no, pero agradezco mucho el cariño que la gente me muestra”.
A partir de los Oscar y los premios Goya, Daniela Vega ha hecho una carrera exitosa en cine y televisión. Hace poco estrenó en Amazon Prime la serie The Power con Toni Collette y en 2021 la película italiana Futura. “Me gustan los desafíos, me gusta hacer cosas difíciles”, asegura y comenta que no hay un personaje más difícil que otro, pero por agenda ha tenido que rechazar algunos. Dice que los guiones que le han llegado han sido considerables, ninguno podía encasillarla. “Afortunadamente. Es que yo no le tengo miedo al cambio”.
Considera que el arte tiene el poder de abrir el debate. Cuando regresó a Chile para celebrar el Oscar, ingresó a su país con un documento de identidad que tenía el nombre de un hombre. Además, un distrito no la pudo declarar ‘Hija ilustre’ por sus documentos. “Es porque el país donde yo nací, no me entrega esa posibilidad”, dijo en ese momento. En una de las últimas actividades de Michelle Bachelet como presidenta de Chile, el elenco y equipo de Una mujer fantástica fue invitado al Palacio de La Moneda. Tiempo después se debatiría la ley de identidad de género en ese país.
La actriz estuvo en la inauguración del Festival de Cine de Lima la noche del abucheo a la ministra de Cultura. En el Gran Teatro Nacional se repitió la palabra “censura” y ella considera que “todo” es política. “Para mí, el cine es una herramienta de hacerse preguntas. Y cuando las preguntas incomodan, un tanto mejor. La censura es reprochable. El cine no pide permiso, el arte, en conjunto, no pide permiso; por lo que las reacciones que se generen de una obra, son precisamente, parte de la obra”.
¿Te parece que el arte, a veces, hace más que la política?
El arte se cuestiona las cosas y denuncia las cosas antes que la política, porque el arte es efectivo y la política tiende a ser efectista.
De hecho, Una mujer fantástica abrió un debate el Congreso de Chile.
Sí, hay una ley de identidad de género que se genera a propósito de las luchas incansables de muchas generaciones previas y las actuales. Y, bueno, fue también un aporte desde un humilde lugar. El arte hace para con los derechos sociales. Para mí, todo es política.
¿Entre tus proyectos, está la posibilidad de escribir alguna vez para cine?
Estoy escribiendo en este momento, precisamente, una película. Soy coguionista con una directora peruana también. Y ahora mismo estoy a punto de lanzar mi primer poemario y espero traerlo a Lima y juntarme con mi chiquillada limeña. La película es una historia que no ha sido contada. Por cierto, estamos vivos.
A pesar de que hay quienes dicen que ya todo está inventado.
Será gente que no se siente viva. La película que estamos haciendo es una noticia en desarrollo (sonríe) y el poemario se llama Pupila. Habla acerca de lo que mis ojos han visto, han oído, han tocado. De cómo se han enamorado y cómo se han desenamorado también. Del tiempo, de la muerte, del espacio y de ser pupila de un apoderado. Tiene una dualidad.
Sobre ese camino, alguna vez dijiste que, el Día del Orgullo LGBTIQ+ ya no era solo una fiesta de colores, sino, una celebración de las familias. ¿Se puede decir que ese es el nuevo concepto?
No lo sé, pero sí te puedo decir que ahora tenemos la posibilidad de enorgullecernos de nuestras cicatrices y las hemos sabido adornar. Y, ante la belleza de esa dignidad, es que seguimos caminando. Si yo volviera a nacer volvería a ser trans, jamás he desconocido la belleza de la diferencia.
Datos:
Daniela Vega fue jurado de la Competencia Latinoamericana Ficción. En 2019 lanzó su libro Rebeldía, resistencia, amor.