Chiclayana de nacimiento, adoptada por los mexicanos, la reconocida intérprete Tania Libertad se muestra orgullosa de volver cada vez más seguido a Perú. “Acuérdate de que hubo una época en que nadie me traía. Recuerdo que llegué a llevar a Manzanero pagando yo todo. Le dije: ‘Hermanito, nos vamos a Perú porque para allá no nos va a llevar nadie’”.
Regresas al Perú para un espectáculo en el Gran Teatro Nacional al lado de Eva Ayllón, tu colega y gran amiga. ¿Qué trae esta vez el show?
El espectáculo está armado desde el 2017, que fue la primera vez que lo presentamos. No hemos querido modificarlo mucho porque creo que hay un público que lo disfrutaría y lo va a disfrutar porque tiene una forma de ver la música, digamos, de una forma diferente. Fusionamos ritmos, los valses sin sacarlos de tiempo del vals, un poquito tal vez, un poco más lento para que la gente disfrute mucho más de las letras, sobre todo de los valses muy antiguos. Recuerdo que hasta que yo me fui, en el año 80, tengo ya 44 años viviendo en México, el vals se empezó a usar más para bailar que para escuchar. Era un vals mucho más jaranero. Aunque estuvieran llorando los cantantes y hablando de desamor, nosotros bailábamos (ríe). Entonces lo que yo he hecho es tratar de irme un poquito para atrás, un tanto en el ritmo como en el arreglo para que la letra y el espíritu de las canciones salgan y que la gente desgrane cada palabra. Eso es lo que yo hago. Acuérdate que yo me crié entre poetas. Desde que gané el Festival de Chiclayo en el año 70, con Juan Gonzalo Rosé, él me introdujo en ese mundo de los intelectuales, de los escritores, de los poetas, y a partir de ahí yo soy una adoradora de la poesía y le doy mucho valor y mucho peso a la palabra. Vamos a tener autores divinos muy queridos también en el Perú y autores mexicanos también. Tenemos muchísimos peruanos, desde Pinglo, Cavagnaro, Chabuca Granda, Alicia Maguiña, Polo Campos, Escajadillo. También a Juan Gabriel , José Alfredo Jiménez, Manzanero. Por ejemplo, hacemos ‘Adoro’ con un arreglo que yo le hice en tiempo de vals, para que recupere su esencia, porque originalmente no fue balada, fue un vals peruano. Lo dijo Manzanero en entrevistas y yo tengo ese audio, me lo mandaron. Todas esas cosas van a transcurrir en el show. Hay una versión de ‘Concierto para una sola voz’ que se le ocurrió a Eva y sale muy bonita y, en fin, estará lleno de matices, mucho amor y emociones esos conciertos. No es un concierto donde van a ver fuegos artificiales, no. Aquí no hay bailarines, ni robóticas, ni nada de eso. Es un concierto para tocar el alma de nuestros compatriotas.
Bueno, ustedes no necesitan de luces, robóticas ni bailarinas.
Claro, claro, eso es algo por lo que yo he trabajado siempre. Siempre he dicho que yo podría dar un concierto hasta con luz cenital y hasta sin luz porque yo, como intérprete, y Eva también a donde queremos llevar a un público es a poner un puente entre nuestra alma y el alma de los espectadores . No se necesita tanta parafernalia.
¿Sientes que es cierto eso que dicen de que el Perú es muy ingrato con sus artistas?
Bueno, yo ahora no puedo decir eso, la gente la verdad que me está tratando muy bien. Tal vez los jóvenes no me conozcan, tal vez uno que otro curioso se acerque un poco a mi trayectoria, a mis 46 discos grabados y a que yo he hecho desde salsa, rock, trova y ópera. Y es que a una artista independiente no la limita nadie y yo tengo la suerte de ser eso, una artista independiente.
Se dice que el arte sana y es cierto. ¿Cuánto puede sanar la música?
Todo, todo. Para mí ha sido una tablita de salvación, me ha sacado de muchas situaciones, muchas. O sea, la música te transporta a un lugar que todavía no te lo puedo describir porque, en mi caso, por ejemplo, cuando subo a dar un concierto, que puede ser de dos horas o más, cuando yo entro a un escenario, en ese momento, mi mente y mi cuerpo se quedan como en blanco para recibir las emociones y la sensibilidad de los autores y lo que quisieron transmitir a través de sus canciones. Entonces, yo soy ese medio transmisor. Tengo que estar dispuesta y tener la capacidad de interpretar eso y que la gente lo reciba de la mejor manera y se conmueva.
Declaraste hace un tiempo que la poesía te hacía ver el mundo de una manera distinta y yo quería preguntarte: ¿cómo ves a Perú en momentos en que hay una convulsión social, la presidenta está siendo investigada y la violencia de género aumenta?
Mira, es que eso está sucediendo en todas partes. Cuando empezó la globalización, yo recuerdo haber tenido una conversación con un buen amigo que me dijo qué me parecía la globalización y yo le dije que me parecía terrible porque lo único que iba a producir la globalización es que se iban a notar más las grandes carencias que tenemos: la pobreza, la falta de buenas escuelas, de cultura, de todo. No es que con la globalización, de la noche a la mañana, todos íbamos a ser primer mundo, no. Esto lo pensaba yo hace veintitantos años, cuando se hablaba mucho del comienzo de la globalización. Le dije a este amigo: “No lo veo con mucho entusiasmo porque en todos lados verán nuestras carencias, nuestras miseria”. Entonces, viendo un mundo polarizado, violento, ¿cómo íbamos a imaginar las guerras que estamos viviendo ahora, los conflictos? Yo ya hace tiempo que dejé de ser un agente que participa abiertamente en política, no quiero, porque no quiero ser una voz discordante, quiero ser una persona que, cuando canta, por lo menos en ese momento, la gente se sienta bien, se sientan en paz y se tomen de la mano. No voy a dar declaraciones políticas porque me parece que en este momento no contribuimos en nada a que la situación mejore. Esa es mi manera de pensar. Creo que el mundo está de cabeza, el mundo en general. Ha vuelto a tiranías, situaciones de hechos que creíamos desterrados y eso no está bien. El mundo tiene que cambiar para mejorar, no para empeorar, no para ir para atrás.
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¿Y piensas que esto puede cambiar? Acá nomás tenemos a presidentes investigados, en prisión.
Sí pues... Me encantaría ser optimista, pero como alguien dijo: “Un optimista es un pesimista mal informado”. No creo que esto esté caminando para adelante. Yo creo que estamos yendo para atrás, lamentablemente. Yo admiro mucho la tenacidad de nuestros compatriotas peruanos que hacen lo que pueden desde su trinchera. El Perú que hay ahora pues ha mejorado muchísimo en turismo, en gastronomía, y mucha gente aquí me habla maravillas del Perú, que la comida, los tours, y eso me hace sentir muy orgullosa, pero en el resto de lo que estamos viviendo, en el día a día, digamos, no se ha visto mayor avance.
Tania Libertad y Eva Ayllón se juntan para dos conciertos en el Gran Teatro Nacional de San Borja. Foto: Archivo LR
¿Y qué lectura le darías a que tenemos expresidentes en prisión?
(Ríe) ¿Qué lecturas le puedes dar? Imagínate qué lectura le puedes dar a una situación así, es terrible, terrible por donde lo veas, no debería suceder. En las democracias modernas no debería suceder, no debería existir la corrupción, no debería existir la impunidad. Entonces, naturalmente que es preocupante.
Y la frase tan manoseada “Tenemos los políticos que nos merecemos”, ¿qué te parece?
Mira, teniendo en cuenta que estamos en una democracia desde hace tiempo, gracias a Dios, la gente es la que elige y la gente es la que tiene que quitar también. Tienen que haber mecanismos para que la gente no se quede en el poder más de lo que le corresponde, porque quien vota puede arrepentirse al año porque no le cumplieron lo prometido y tiene el derecho a decir que se vayan. No quiero ser una voz discordante, que contribuya más a la situación que estamos pasando. Yo lo que quiero es que mi actividad como profesional, mi canto y lo que yo doy en un escenario, por lo menos en el momento en que me están viendo cantar, la gente se sienta bien, animada y reconfortada. Eso es lo que yo quiero, por eso ya no doy más declaraciones políticas ni me pongo del lado de nadie.