―¿Me escuchas? ¿Me…?
Ha sido un día lluvioso en Viacha. Ahora ha caído la noche y está nublado. Hay viento. Waldir ha vuelto desde la ciudad del Cusco, donde se abarrotó de insumos para futuros videos, e intenta conectarse a la llamada. Primer, segundo intento. Tercer intento: nos vemos. Waldir Maqque habla tranquilo, y esta primera señal, quizás obvia, es más bien una introducción: el dinámico Waldir Maqque de los videos virales, con millones de seguidores en TikTok, el que cierra todas sus preparaciones con un ‘¡qué riquito está!’ y que fríe sus platos en el ‘aceite de tus mentiras’ y ‘prende la llama del amor’ para hacer cocinar ‘por cinco mil años’, no siempre actúa así. Y sin embargo, es el mismo Waldir Maqque calmado y afable que se planta delante de la cámara web, al final de una jornada de trabajo, y cuenta que se levanta, todos los días, a las seis de la mañana.
―¿Me escuchas? ¿Me…? –dice él o digo yo.
La señal, por momentos, se va. Así dura unos quince o veinte mil años. De hecho, para producir un video de uno o dos minutos, Waldir se toma de ocho a doce horas. Y aun así, no interrumpe su rutina diaria.
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—Me levanto en la mañana. Estoy con las gallinas, con mis cuyes. Estoy con mi mamá trayendo pasto, o algunas veces con mi papá estoy trabajando, empujando piedra. Y entonces, a partir de las diez, cuando hay solcito, empiezo a grabar.
En Viacha, Waldir también se dedica a la chacra de sus padres y a la crianza de animales.
Ahora es difícil de imaginar, pero al principio Waldir Maqque Ccoyo no mostraba retos de cocina en sus videos. O sea, aún no era posible encontrar sus tentadoras recetas de pollo a la brasa ni de gelatina de pata ni de chaufa de quinua ni de arepas venezolanas ni de salchipapa —¡tremenda salchipapa!— ni de ratatouille ni de sopa ramen ni de cuy chactado ni de empanadas argentinas ni de panetón con chocolate ni de queso de chancho.
Al principio, la idea de Waldir era la misma, pero diferente: quería mostrar al internet cómo se vivía la vida en Viacha, su comunidad natal a más de 4.000 metros de altitud, en Písac, Cusco. En sus primeros videos aparece con sus ropas tradicionales, quena en mano y la cordillera al fondo, trabajando la tierra o enseñando los números en quechua.
Y es que Waldir practica desde hace años el turismo vivencial, como una forma de mostrar y preservar su cultura, y quería saltar a las redes sociales. Y es que Waldir veía tiktoks de otros sitios en los Andes, y quería tener su propia versión. Y es que Waldir tenía un amigo, Isaías, con un proyecto de 'glamping' –camping glamouroso–, y en una de esas conoció a la influencer Ximena Galiano, que le enseñó cómo grabar y editar sus videos para que fueran más virales.
Fue así –como un agente virulento– que los videos de Waldir Maqque se diseminaron en la red y contagiaron al mundo hispanohablante en un salto exponencial. México. Argentina. España. Pronto, a muchos que intentaron 'retarlo', los ojos chuecos les quedaron.
Esto quizás no lo sepan, pero Waldir es cocinero. Tiene 26 años, y está por acabar la carrera de Gastronomía. Su otra opción era ser guía de turismo. Pero, como todos los héroes y villanos tienen una historia, la historia de Waldir se remonta a su infancia, la infancia de un niño que fue el mayor de cinco hermanos.
—Cuando estábamos pequeños, mis papás iban de trabajo a la ciudad –narra–. Nosotros éramos muy niños, siete años, ocho años, y yo me encargaba de mis hermanos. Tenía que cuidar de ellos al salir de la escuela, llegar a la casa y cocinarnos.
Es, además, la historia del chico que terminó el colegio y tuvo que conseguir dinero antes de ponerse a estudiar: empezó lavando platos en restaurantes y como ayudante de cocina. El arte de preparar los alimentos estaba por ahí, esperándolo. Siempre había estado.
Influencers como María Pía Copello y el tiktoker Sibenito han grabado videos con el cocinero cusqueño.
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Varios millennials jóvenes y centennials viejos recuerdan a María Pía Copello, o simplemene María Pía, por su dupla televisiva con Timoteo en los primeros años del 2000. Varios de ellos crecieron y conforman ahora sus 5 millones de fans en TikTok. Waldir Maqque, sin embargo, no era uno de ellos. Esta vez fue María Pía la que era fan de Waldir, y fue María Pía quien lo buscó, lo encontró, y lo retó a preparar un turrón.
No ha sido la única colaboración: ha preparado pachamanca con SiBenito y caldo de mote con Alessandra Yupanqui. Incluso, ha hecho tres platos con el boliviano Criss Emprende, en cuyo estilo reconoce haberse inspirado. Parece que hoy todos quieren cocinar con Waldir Maqque y 'chatarse' un platillo sabroso con insumos recién salidos del campo. Todos quieren ver cómo agarra una olla de barro caliente sin quemarse –con el frío del ambiente no se siente tanto, dice–, preparar ají uchucuta en la 'licuadora de Pachacútec' al ritmo de 'turún turún tarán tarán', y corear con él '¡qué riquito está!'. Y Waldir, que lo sabe muy bien, ha querido traspasar la experiencia virtual al plano físico a través de su nuevo restaurante. Se llama Qué Riquito Está, por si quedaban dudas.
Influencers como María Pía Copello y el tiktoker Sibenito han grabado videos con el cocinero cusqueño.
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Allí, Waldir ha sacado de la manga todo que sabe: el turismo vivencial, la comida rica y la originalidad. El joven cusqueño de Viacha habla de 'experiencias', de que los asistentes conozcan la comunidad y cosechen los productos de la chacra, que vean a los animales y vayan a la cocina y que juntos preparen los platos. También, en un futuro próximo, la gente podrá pedir las mismas recetas de sus videos virales.
—La dinámica va a tratar de que tengan el video como una referencia de carta, y entonces puedan llegar y escoger su comida –cuenta–. "Yo te conocí con tal video, yo quiero comer este platillo".