¿Recuerdas cómo afectan a las mascotas los fuegos artificiales de Navidad y Año Nuevo? Los perros tiemblan y se esconden bajo la cama. El sonido los asusta. Pero no te imaginas lo que provoca el fuego de verdad: el zumbido de los disparos, las sirenas que alertan bombardeos, el silbido de los misiles, el temblor de tierra que provocan las explosiones, la onda expansiva y los derrumbes…”, Carlo Bravo se queda en silencio y, pese a la distancia, sentimos lo conmovido que está luego de pasar tres días en un refugio subterráneo de la ciudad de Kharkiv, muy cerca de la frontera con Rusia, sometida a una lluvia de misiles como para conmemorar el aniversario de la invasión.
“Pero nosotros la pasamos en los refugios subterráneos, mientras que perros y gatos tienen que soportar todo ese horror allá arriba, en medio de la calle o entre los escombros de sus viviendas…”, agrega este fotógrafo peruano que hace nueve meses dejó su cómoda casa en California para viajar a Ucrania, donde fue impactado por el horror de la guerra. Bravo tomó partido, pero su arma es su cámara fotográfica. Y se enroló en un grupo de asistencia y rescate de los desplazados.
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El pasado 24 de febrero, todo el mundo recordó el aniversario de la invasión rusa. Para Carlo Bravo empezó como un día más, asistiendo a los ancianos que sobreviven en refugios sin agua, luz eléctrica ni internet. Muchos de ellos lograron salir del país cuando empezó la guerra. Luego volvieron, pero con la contraofensiva rusa se han quedado en tierra de nadie. Hay días que no tienen qué comer, mientras soportan temperaturas de varios grados bajo cero.
En eso estaba cuando el grupo de rescatistas de Carlo Bravo coincidió con otro grupo que trasladaba perros y gatos a unos albergues. Pese a que los trajes que deben llevar para soportar el frío y la metralla de las explosiones esconden la apariencia física de los voluntarios, Bravo reconoció a una rescatista a la que de inmediato saludó en español. Ella respondió y ambos grupos juntaron esfuerzos. Ese mismo día lograron rescatar 25 mascotas, entre perros y gatos, que vagaban congelados y hambrientos entre los escombros y los cráteres que dejaron las explosiones.
Perros callejeros son envenenados en ciudades de la frontera. Foto: AFP
“Muchos extranjeros hacen ayuda humanitaria, pero justo el día del aniversario conocí a Tina Soini, una finlandesa-peruana, nacida en Iquitos, que integra un equipo de paramédicos y veterinarios que colabora en la evacuación de gente y animales en las zonas más afectadas por la guerra”, cuenta el fotógrafo.
Como siempre ocurre, ambos rescatistas hablaron de la comida peruana, pero luego pasaron a relatarse los horrores vividos y el impacto de la guerra entre miles de mascotas. Según datos oficiales de Ucrania, por lo menos diez millones de animales han muerto en este primer año de guerra, entre mascotas, animales de corral y animales silvestres que habitaban los parques naturales y zoológicos ahora destruidos por los combates.
Tina Soini nació en Perú pero a los tres años de edad la llevaron a Finlandia. Habla muy bien el español y ha vuelto en dos ocasiones al país. Es nieta del destacado biólogo finlandés Pekka Soini, pionero en las investigaciones y protección de la tortuga charapa en la Reserva Nacional Pacaya Samiria. Tina también estudió biología, pero en el frente realiza labores de paramédica especializada en mascotas.
Algunos perros logran ser rescatados y trasladados a refugios. La mayoría mueren abandonados. Foto: AFP
“Tina me explicó que, además, tiene otro abuelo inglés y sus dos abuelas son peruanas. Domina el español, el finés, inglés y ahora el ucraniano”, recuerda Bravo. Y agrega que le propuso una entrevista y armar una sesión fotográfica, pero las sirenas de un inminente bombardeo cancelaron el reportaje.
Ese mismo día llevaron a las mascotas a un refugio donde sobreviven más de 300 animales. “Esta guerra me volvió insensible -dice Bravo-, pero me conmovió ver a niños y adultos llorando de pena al abandonar a sus mascotas. Saben que no los volverán a ver”.
Nos despedimos como a las 11 de la noche y, al día siguiente, mi grupo terminó en este refugio subterráneo por el bombardeo ruso. El grupo de Tina partió a otra ciudad donde habían detectado cientos de mascotas deambulando entre los escombros.
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Según un reciente reportaje publicado por nationalgeographic.es, diferentes blogs y sitios web de organizaciones protectoras de animales advierten de una catástrofe en Ucrania. “Vemos animales vagabundos por todas partes en las calles, los animales son envenenados regularmente. Los intentos de organizaciones extranjera de llevar a cabo proyectos de esterilización han sido bloqueados. Hay muy pocos refugios para animales. En los refugios públicos, los animales están abandonados y aterrorizados, y se les sigue matando. No hay atención médica, a los perros capturados a menudo se les deja morir de hambre”, es uno de los muchos testimonios en el sitio web de White Paw, una organización alemana de defensa de los animales.
Un perro prueba un bocado luego de sobrevivir entre los escombros de su vivienda abandonada. Soportó el gélido invierno y el diario bombardeo. Foto: AFP
En el mismo informe se revela que “muchos refugios de Ucrania recogen animales perdidos. Nos hablaron de muchos perros y gatos abandonados en las estaciones de tren. Enfrentarse a la elección de salvar sus propias vidas o ninguna, permaneciendo en Ucrania con su mascotas, debió de ser una decisión increíblemente difícil de tomar”, señala con tristeza Daniel Cox, director de campañas de PETA Alemania.
Al cierre de esta edición, el gobierno ucraniano ordenó la evacuación obligatoria de varias poblaciones y asentamientos de la región de Járkov, ante la proximidad de los bombardeos rusos. Muchos han optado por permanecer en sus hogares, pues ya perdieron toda esperanza. El gobierno ordenó que los niños sean llevados con o sin el permiso de sus padres. También hay un espacio para adultos en ese rescate, pero las mascotas no están incluidas.
Es en esta zona donde coincidieron los peruanos Carlo Bravo y Tina Soini. Donde no existe esperanza para los animales.