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Domingo

Pilar Jáuregui en la cima del mundo

Se proclamó campeona mundial de parabádminton en noviembre pasado y ha sido elegida la “paratleta del año” por el Comité Paralímpico de las Américas. Es la segunda vez que consigue ese galardón por sus triunfos deportivos.

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Un año lleno de triunfos -incluido un campeonato mundial- ha tenido Pilar Jáuregui. Foto: La República.

La ‘pluma’ se ha elevado por los aires, atraviesa la net y flota sobre la cancha de Pilar Jáuregui que eleva su raqueta y golpea fuerte, regresando el pequeño volante al terreno de su adversaria, la turca Emine Seckin, que nada puede hacer para evitar que este caiga al suelo. Es el último punto de la final de la Copa del Mundo de Parabádminton jugado en el Yoyogi National Gymnasiun de Tokio, Japón. Es el 6 de noviembre y Pilar acaba de consagrarse campeona mundial.

Toda la delegación peruana salta emocionada: ella levanta los brazos, sus entrenadores también, y sus colegas del equipo peruano de bádminton de talla baja son los primeros en ingresar a la cancha para abrazarla y felicitarla por ese triunfazo que es también una revancha: en esa misma cancha se jugaron los partidos de los Juegos Paralímpicos de Tokyo 2021 en los que no pudo obtener medalla.

“¿Estabas nerviosa? ¿Cómo te sentías cuando solo te faltaba el punto final?”.

“Creo que es la primera vez que no he sentido nada de nervios en ningún partido que iba a jugar. Salía mentalizada en que después de ese partido podía no jugar más, así que lo daba todo en cada uno de ellos”, cuenta. “Uno siempre sueña con la de oro, pero afronté el campeonato partido a partido y solo al final tome conciencia de lo conseguido”, rememora.

Ese ha sido el triunfo más resonante de Pilar Jáuregui Cancino (34) el 2022, pero sus éxitos deportivos han sido numerosos este año. Ganó tres medallas de oro en los Panamericanos de Colombia, tres medallas de oro en un campeonato internacional realizado en noviembre y otras tres medallas doradas en el Sudamericano de Parabádminton de Lima que culminó el jueves. Por todo eso es justo que el Comité Paralímpico de las Américas la haya elegido la “paratleta del año”, otro triunfazo personal.

El campeonato mundial ganado en Japón pesó en la decisión del comité y también la consistencia de Pilar como atleta: hace años que viene ganando campeonatos en Latinoamérica y el mundo. Ya en el 2018 le habían dado el mismo galardón por sus éxitos deportivos. Y todo lo conseguido es admirable tomando en cuenta que Pilar incursionó en el parabádminton apenas el 2016. Su carrera con la raqueta y la pluma ha sido meteórica.

Atleta siempre

Hoy Pilar se mueve en silla de ruedas, pero no siempre fue así. Desde niña fue deportista, aunque nació con luxación de cadera congénita bilateral, una dolencia que se agravó con el tiempo. Ya adolescente debió empezar a usar silla de ruedas y hubo un paréntesis que la detuvo. Pero a los 20 volvió a enrumbar su camino por el territorio del deporte: empezó a practicar tenis y baloncesto en silla de ruedas, y tiempo después llegó a la selección peruana de esa disciplina. Incluso jugó en los Juegos Parapanamericanos de Toronto 2015.

Ese mismo año empezó a practicar bádminton también. Ganó un campeonato menor, pero aun no estaba convencida. El 2016 ya empezó a tomárselo en serio. Y desde entonces no ha parado: ganó campeonatos en el Perú y otros países. Varios Panamericanos, sudamericanos y otros campeonatos internacionales. El 2019 se llevó la medalla de oro en los Juegos Parapanamericanos Lima 2019. Eso le sirvió para clasificar a los Juegos Paralímpicos Tokyo 2021, donde no obtuvo medalla porque le tocó enfrentarse con la 2 del mundo, Yuma Yamazaki, y no logró avanzar.

La revancha llegaría un año después. En el mundial de este año volvió a enfrentarse con ella y esta vez le tocó ganar. “Otras veces siempre me había ganado, esta vez entré tranquila y le gané sin sobresaltos”, recuerda Pilar. Hoy es la jugadora número 3 del mundo en la categoría VS VH2, por detrás de la suiza Ilaria Renggli, la número 1, y de Yamazaki. Y no solo eso: también ganó medalla de plata en el Mundial en la categoría dobles mixtos.

“¿Qué te ha dado el bádminton? ¿Por qué te cambiaste a este deporte?”.

“El bádminton me ha dado oportunidad para creer en mí, también me ha ayudado a tener mucha disciplina, y la posibilidad de viajar y representar al país”, dice Pilar. Se pasó al bádminton porque varios entrenadores le vieron grandes condiciones y también influyó su amigo Pedro Pablo de Vinatea, campeón parapanamericano de bádminton. No estaban equivocados. Además, su paso por la selección de baloncesto en silla de ruedas le dio la experiencia para moverse con rapidez en una cancha.

La posibilidad de lograr triunfos en determinado deporte a veces está supeditado a tener el roce internacional y los implementos necesarios para explotar el talento natural de algunos deportistas. Pilar en un principio debió sufrir un poco las estrecheces económicas que sufren muchos deportistas peruanos, pero eso ha cambiado: ella es parte del Programa de Apoyo al Deportista (PAD) que auspicia el IPD y tiene el apoyo de auspiciadores privados como el Team UNACEM, del que forma parte, que han sido importantes para poder viajar a distintos campeonatos, lograr puntos para mantenerse en el ranking y contar con implementos deportivos a la altura de las competencias.

Por ejemplo, Pilar juega con una silla de ruedas hecha de titanio y diseñada especialmente para su contextura. En ese sentido, está a la par que sus contendientes de otros países.

También puede contar con las instalaciones de la Videna, donde se entrena de lunes a sábado en tres horarios: dos horas en la mañana, en la tarde y en la noche. Y duerme ahí en la semana.

En su carrera, Pilar Jáuregui ha sido imagen de la campaña “Iguales en la vida, iguales en el deporte”, lanzada durante los Juegos Parapanamericanos Lima 2019 y como deportista ha sido una permanente activista para que las personas con discapacidad encuentren en cualquier disciplina deportiva una forma de empoderamiento y superación.

Ella misma encontró en el deporte una forma de reencauzar los límites que le impuso el no poder caminar. Desde que lo hizo ha logrado éxitos que alguna vez consideró impensables. Un fantástico año de triunfos, incluido un campeonato mundial, y el galardón de mejor paratleta del año son la mejor prueba.