Cargando...
Domingo

Theresa Ochoa Woodell: “Ser científica en el Perú es un gran reto y una gran responsabilidad”

“Uno tiene que hacer las cosas bien para ser un ejemplo para los jóvenes, porque no somos muchas las personas que hacemos investigación”

larepublica.pe
Theresa Ochoa investiga la respuesta a la vacuna del rotavirus, causante de diarrea en los más pequeños. Foto: La República

Desde pequeña, en su Cusco natal, quiso estudiar medicina. Y luego hizo realidad su sueño. Theresa Ochoa Woodell tiene una vida dedicada a la ciencia en nuestro país, por eso acaba de ser incluida por la revista Forbes en la lista de las 50 mujeres más poderosas del Perú, nominación que busca destacar el aporte de líderes que inspiran, que influyen y que brindan valiosos aportes al país. La directora del Instituto de Medicina Tropical Alexander von Humboldt de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), uno de los centros de investigación más consultados durante la pandemia, nos cuenta de sus días y de cómo sintoniza su labor de médico, profesora universitaria y científica con su vida en casa.

"Uno tiene que hacer las cosas bien para ser un ejemplo para los jóvenes, porque no somos muchas las personas que hacemos investigación”

¿Qué significa ser científica en el Perú?

Creo que es un gran reto y también una responsabilidad. El reto es porque es un poco difícil balancear las actividades académicas que uno tiene como docente o médico con la investigación, porque no necesariamente las horas están reservadas para investigar. Si bien dentro de la Ley Universitaria se indica que existe la categoría de profesor-investigador, los que hacemos investigación tenemos que encontrar tiempos libres dentro de nuestra carga académica para hacerlo. Otro reto es el hecho de que obviamente los financiamientos de proyectos a nivel nacional no son muchos ni tampoco por montos tan altos, entonces uno tiene que postular a fondos internacionales pues obviamente son más competitivos... Y en responsabilidades uno tiene que hacer las cosas bien para ser un ejemplo para los jóvenes, porque no somos muchas las personas que hacemos investigación.

¿Pero sí hay cada vez más mujeres en el área científica?

Creo que sí. En general, en los campos de las áreas biomédicas, que tiene la Universidad Cayetano Heredia, cada vez hay más mujeres que ingresan a la carrera y se gradúan. Me parece que también hay más profesores mujeres. Y también, dentro de los que terminan su doctorado y retornan al país, me da la impresión que es un número que va aumentando. Cuando, por ejemplo, yo ingresé a la facultad de medicina, quedamos un 20% de mujeres de toda la promoción y ahora casi todas las promociones tienen más de un 50% de mujeres. Sí hay un cambio y es algo positivo.

¿Pero en general sigue siendo la ciencia un área dominada por los hombres?

En general, sí. Mi opinión es obviamente un poco sesgada, porque en el Instituto de Medicina Tropical somos más mujeres que hombres, lo decimos como en broma... pero no tenemos un problema de género en el sentido de que tenemos más mujeres. Pero eso puede que sea una opinión sesgada. No necesariamente es así en el resto de instituciones que hacen ciencia en el Perú. Me parece que todavía en general sigue siendo un campo que es más varonil.

El Covid-19 puso de relieve la labor e importancia de los científicos, ¿cree que esa lección ya se ha aprendido en el Peru?

Sí, se demostró su importancia. Porque frente a una enfermedad nueva, inmediatamente se tuvo que poner a andar a todo esos investigadores que si bien no conocían este virus en particular tenían la experiencia clínica. Los médicos trabajaron en el manejo de los pacientes, los investigadores en las investigaciones epidemiológicas para conocer los factores de riesgos, la transmisión, y en el caso del instituto, un grupo grande de biólogos moleculares inmediatamente se pusieron a trabajar para estandarizar los diagnósticos para Covid. Entonces, creo que una de las cosas buenas -dentro de lo terrible de la pandemia- es justamente poner en alto la importancia de los que hacen investigación. Es una fortaleza del instituto, hemos tenido médicos, clínicos, epidemiólogos, biólogos moleculares, para colaborar en diferentes aspectos de la lucha contra la pandemia.

La pandemia demostró que la labor de los científicos debería ser mucho más valorada. Pero los políticos a veces le quitaban importancia a este trabajo.

Realmente sabemos que los científicos son importantes porque necesitamos tener nuestra propia ciencia, para generar nuestros propios datos, conocer nuestra propia epidemiología, poder probar y desarrollar nuestros métodos diagnósticos y por qué no también terapéuticos. Sí se les necesita. Porque no simplemente tenemos que ser un país que repita lo que se hace en el extranjero. Es importante que se tengan investigadores que puedan contribuir desde esa faceta.

Usted ha sido incluida por la revista Forbes en la lista de mujeres poderosas del Perú 2022, qué significado tiene esa nominación?

Bueno, no me gusta el término poderosa, es terrible. Pero nos explicaron que el término poder se podía medir de diferentes ángulos. Es el hecho de que uno pueda liderar un grupo de personas o institución. El hecho de que uno puede tener influencia sobre la población. En el caso mío pueden haberme seleccionado por el rol importante que hemos tenido en educar a la población sobre temas de Covid, en los medios y también obviamente liderando el instituto. Otro aspecto de cómo se puede medir el poder es por lo que uno puede inspirar a los jóvenes. Para mí, por ejemplo, ha sido una alegría enorme que haya una promoción de medicina en la UPCH que lleva mi nombre. Y he sido madrina de alguna promoción. O sea, parece ser un reconocimiento a lo que uno puede hacer por los jóvenes. Eso es para mí lo que significa poder, no significa realmente otra cosa.

Estas nominaciones pueden hacer que las jóvenes se interesen por la investigación.

Creo que ese el objetivo y eso lo que busca el Premio de Mujeres por la Ciencia. Que básicamente las alumnas puedan decir, oye, a la doctora Ochoa la conozco, entonces yo también puedo dedicarme a hacer investigación. Lo ven un poco más real. Porque a veces cuando preguntan por científicas mujeres a nivel mundial salen dos o que hacemos investigación ”tres nombres, pero quizás tener ese reconocimiento a nivel nacional puede motivar más a los jóvenes que nos sienten más cercanos.

El rol de las mujeres ha crecido bastante en las últimas décadas. Vemos mujeres peruanas en la NASA, en organismos internacionales, que dirigen el Poder Judicial, el Congreso, ¿siente que hay un cambio?

Creo que sí, es un cambio que se ha dado de manera progresiva. Estamos cosechando eso en los últimos años. Ya se entiende que la mujer puede tomar cargos de liderazgo en cualquier área. Ahora bien, independientemente de si es mujer o no, y eso es lo que siempre tratamos de hacer acá en la Cayetano y en el Instituto de Medicina Tropical, se tiene que valorar la capacidad. A nosotros no nos interesa si es hombre o mujer, solo que sea una persona capaz, que trabaje, que aporte.

Usted ha recibido otros reconocimientos.

Uno muy importante fue el de Mujeres por la Ciencia, premio de Concytec con L’oréal, con Unesco y la Academia Nacional de Ciencia. Ha sido un reconocimiento importante porque justamente enfatiza la parte de empoderar a las mujeres en lo que es ciencia. He tenido también un reconocimiento en el Colegio Médico y en mi alma mater también reconocimientos por mi labor en investigación. Y, bueno, también algunos fondos, quizás uno de los más destacados, no por el monto sino por el prestigio, fue el de la fundación Bill y Melinda Gates, que me permitió hacer una investigación sobre un producto, una leche materna que se llama la lactoferrina, y me permitió hacer un ensayo clínico piloto.

¿Cuáles son las áreas de investigación del instituto?

El instituto tiene como 20 grupos de investigación. Ensayos clínicos para probar nuevas drogas contra la malaria, así como tratar de mejorar los métodos de diagnósticos de malaria con métodos moleculares, isotermales. Hasta estudios para encontrar con drones sitios donde crecen los mosquitos. Hay investigación desde el punto clínico, de biología, epidemiología, liderado por el doctor Alejandro Llanos en la parte clínica y la doctora Dionicia Gamboa, en estudios moleculares de diagnóstico y epidemiología. Otra área importante es tuberculosis, con un grupo de investigación grande liderado por el doctor Carlos Seas, con el doctor Cesar Ugarte y la doctora Larissa Otero, con ensayos clínicos para probar nuevas medicinas contra la tuberculosis multidrogo resistente. Otro grupo importante investiga la Leishmaniasis o Uta.

¿Y en qué investigaciones participa usted?

Soy médico pediatra infectólogo. Estamos haciendo un estudio para entender por qué los niños en nuestros países en vías de desarrollo no tienen buena respuesta a la vacuna del rotavirus, principal germen que produce diarrea y primera causa de mortalidad por diarrea en el mundo, buscamos entender si es que esa poca respuesta se debe a cambios del microbioma. Y estamos por empezar otro estudio sobre neumococo, una causa de neumonía, también en niños. Y cómo va cambiando la resistencia antimicrobiana.

¿Cómo lleva ser científica y lo personal?

Aparte de ser médico, profesor universitario o científico no se puede dejar de lado los roles como esposa y como mamá. Tengo la suerte de tener a mi esposo que me ayuda muchísimo en la casa. Somos un equipo. Y es una ayuda increíble, invaluable, para dedicarle mis horas y mi tiempo a mi carrera y a la investigación