Cargando...
Domingo

Cáncer: buenas noticias

Una serie de prometedores tratamientos con fármacos experimentales está entusiasmando a los investigadores y llenando de esperanza a los pacientes. ¿Cuán cerca estamos de que el cáncer sea una enfermedad crónica más?

larepublica.pe
La radioterapia es uno de los tratamientos más utilizados para combatir el cáncer. Foto: Agencias.

Lágrimas de felicidad. Probablemente no haya mejor satisfacción para un investigador clínico que ver a los participantes de un estudio derramar lágrimas de felicidad. Porque sintieron que ese estudio podría cambiarles la vida.

Eso fue lo que ocurrió en el ensayo que un grupo de científicos del Memorial Sloan Kattering Cancer Center de Nueva York presentaron hace unos días en la revista The New England Journal of Medicine.

Los participantes eran doce pacientes de cáncer de recto, una neoplasia que suele ser atacada con los tratamientos tradicionales de cirugía, radioterapia o quimioterapia.

Esta vez, ellos se sometieron a un tratamiento a base de un medicamento llamado dostarlimab, cuya acción fue desenmascarar a las células cancerosas para permitir que el sistema inmunitario las identifique y las destruya.

Al cabo de seis meses, ocurrió lo impensable: su cáncer había desaparecido. No pudo ser detectado ni por exámenes físicos ni por endoscopías ni por tomografías por emisión de positrones ni por resonancias magnéticas.

Según Luis A. Díaz Jr, autor del artículo publicado en el The New England Journal of Medicine, era la primera vez que ocurría algo así en toda la historia de la lucha contra el cáncer.

Los pacientes estaban felices.

Como era de esperar, los prometedores resultados del ensayo fueron noticia en todo el mundo. Y se sumaron a otras que no han dejado de aparecer en los últimos años presentando nuevos tratamientos experimentales en la titánica lucha contra esta enfermedad.

Dostarlimab, el fármaco que hizo desaparecer el cáncer rectal sin usar otras terapias. Foto: Agencias.

Para Alejandro Figueroa, vicepresidente de la Sociedad Peruana de Oncología Médica, el estudio norteamericano es una gran noticia.

–En cáncer rectal, el manejo histórico es quimioterapia –dice–. Se hace quimio y radio buscando bajar el tamaño del tumor y luego llevarlo a cirugía. Lo interesante de este estudio es que los pacientes no necesitaron ni quimioterapia ni radioterapia ni cirugía para superar la enfermedad. Eso me llama mucho la atención.

–El resultado es buenísimo –dice, por su parte, Gustavo Sarria, subjefe institucional del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN)–. Pero hay que tomarlo con pru- dencia porque se ha aplicado a un subgrupo con una mutación muy específica, que repre- senta solo el 5% de la población con cáncer de recto.

Ambos especialistas coinciden en que, por ahora, hay que esperar que dicen los ensayos en una población más amplia y ver si la respuesta completa se prolonga en el tiempo.

Un nuevo camino

En los últimos años han aparecido una serie de investigaciones médicas sobre el cáncer que están entusiasmando a los especialistas e insuflando esperanza a los pacientes.

Alejandro Figueroa dice que la inmunoterapia, el tipo de tratamiento que estimula las defensas naturales para combatir el cáncer, ha abierto una época dorada de investigaciones, que han permitido hallar moléculas que pueden actuar sobre blancos muy específicos.

–Recién estamos empezando el camino– dice–. Hemos descubierto agentes antiPD1 y antiPDL1, como pembrolizumab, nivolumab o atezolizumab, que ya están comercializándose, pero hay muchos más que siguen en estudio para actuar sobre otros blancos moleculares.

Un ejemplo es el dostarlimab, que ayudó a los pacientes con cáncer rectal de Nueva York.

O el trastuzumab, cuyo uso combinado con el fármaco deruxtecan fue protagonista de un estudio muy celebrado en el Congreso Americano de Oncología Médica de este año. Porque, de acuerdo con sus resultados, este tratamiento habría logrado que los pacientes con cáncer de mama metastásico con baja expresión del gen HER2 duplicaran su supervivencia en comparación con el tratamiento estándar.

–Este estudio significa un cambio en el manejo del cáncer de mama –dice Alejandro Figueroa–. Porque a los pacientes que tienen el HER2 tú ahora podrás tener la opción de darles una alternativa a la dura quimioterapia.

–Esta es una buena noticia –dice, por su lado, el oncólogo Gustavo Sarria–. Pero también aquí hay que tener prudencia, porque no es para todos los pacientes de cáncer de mama, sino solo para un grupo específico. Lo bueno es que no hay razón para que en su momento, después de cumplir todos los procedimientos científicos y legales, no llegue el Perú.

En las últimas semanas se han dado a conocer otros dos estudios con resultados prometedores. Uno, que usa moléculas radioactivas para atacar las células tumorales, logró prolongar significativamente la vida de pacientes con cáncer de próstata en estado agresivo: la mortalidad durante el período del estudio se redujo en un 40% en comparación con los que seguían el tratamiento estándar. El otro ensayo usó las células CAR T para hacer desaparecer la leucemia linfocítica crónica de dos pacientes.

–En los últimos años hemos entendido cada vez mejor a la enfermedad –dice Gustavo Sarria–. Hemos aprendido cómo desencadenar mecanismos que el propio cuerpo tenía y que no podía usar para defenderse.

El oncólogo recuerda que en los años 70 solo uno de cada cinco pacientes de cáncer tenía posibilidades de curarse. Hoy, dos de cada tres logran superar la enfermedad.

–Hemos logrado avances en la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia y la inmunoterapia. Y pronto se van a diseminar más otro tipo de intervenciones, como la ingeniería genética.

–En los noventas, los pacientes con cáncer de colon se morían a los seis meses –recuerda, por su parte, el oncólogo Alejandro Figueroa–. En los 2000 ya vivían un poco más, un año, y hoy ya se pueden curar, incluso avanzados.

Ambos especialistas consideran que, aunque el número de nuevos casos no hace sino aumentar, debido, entre otras cosas, a la falta de prevención, cada vez estamos más cerca de lograr que algunos tipos de cáncer se conviertan en enfermedades crónicas, con las que se puede convivir. Controlándose, tomando su pastillita y haciendo su vida. Las investigaciones en el mundo apuntan hacia ese objetivo.