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Domingo

Tourista contra los puristas

Los Tourista lanzan su tercer disco, Fantasmas, el más ecléctico de todos. Mezclan el indie pop con el trap y reguetón. Su esencia es la experimentación. “El purismo es para los aburridos”, afirman.

Esta entrevista se dio en tres actos. En el primero, los Tourista, la banda que empezó tocando indie rock y ahora experimenta con el reguetón y la música urbana, argumentan en contra de aquella corriente de opinión que dicta que la música debe ser pura, que los géneros no se deben mezclar y que los grupos de rock no pueden tocar junto con los de cumbia.

En el segundo acto, descifrarán cómo llegaron a cumplir el sueño que tiene toda banda rockera: dar el salto de tocar en la cochera o la azotea de la casa de alguien a abrir los conciertos de artistas como Ed Sheeran, Zoé, Wild Nothing o Pet Shop Boys. Y en el tercer acto, el guitarrista Ricardo Gutiérrez (34) confesará por qué usa falda en los conciertos. “¡¿Por qué no?!”, dirá amenazante “Genko”, moviendo su melena lacia y canosa, detrás de sus gafas de carey.

Tourista se formó el 2012, y en siete años ha logrado un crecimiento interesante: han pasado de tocar en bares, para poca gente, a presentarse en conciertos para miles, como el de The Killers en el Estadio Nacional, el 2018, en el que fueron teloneros; han sonado en radios extranjeras de Estados Unidos, España, México, Colombia y Chile; han sido invitados a festivales internacionales como el Primavera Sound de Barcelona.

Haber tocado en el local del Partido Socialista de la Plaza Bolognesi por cincuenta soles es ahora una anécdota chistosa. Fantasmas, su tercer disco, que lanzarán este 5 de octubre en Plaza Arena de Surco, es la coronación de su experiencia poliamorosa con ritmos “irreconciliables” y que se manifiestan en temas como ‘Niña Bonita’ (sintetizadores y música andina), ‘Casual’ (trap atravesado de guitarras eléctricas), o ‘Venganza’ (reguetón y rock).

Los integrantes creen firmemente que el purismo musical está desfasado: “Hay dos tipos de quejones: están los puristas que odian las combinaciones y que creen que los géneros se deben respetar tal y como son, y están los snobs que piensan que solo debe existir lo que ellos escuchan”, dice, enérgico, la voz y guitarrista del grupo, Rui Pereira (37).

Una banda marketera

Los integrantes de Tourista se iniciaron en la música en la adolescencia, tocando en grupos de punk, un género relacionado a lo marginal y antisistema. Hoy, entrados en los treintas, no se sonrojan al afirmar que ven a su banda como una “empresa”. Llevan la contabilidad, pagan impuestos, tienen un FODA, esa herramienta que proviene del mundo del marketing y que les permitió definir la fuerza, las oportunidades, las debilidades y las amenazas de la banda.

De hecho, cuando Rui, que venía del mundo de la publicidad, le planteó al baterista y percusionista Sandro Labenita (44) ser “socios” y tocar juntos, fue claro: tenían que renunciar a sus trabajos, dedicarse a tiempo completo a su proyecto musical, estirar los ahorros hasta que la banda se consolide y llevar todo de forma profesional: “Tourista no nació en medio de una juerga o en un bar… creo que pertenecemos a una generación que quiere hacer lo que ama y a la vez ganar plata con eso”, afirma el vocalista.

Saber marketearse, promocionar a la banda en el mercado, y ser creativos para hacer música parece que fue la clave para que este trío empezara a alzar vuelo en la escena local y hoy sus temas pasen el millón de reproducciones en Spotify. “Es importante que saliéramos del punk porque nos dio la actitud para que no nos importe lo que diga el resto”, dice Genko. Con ese mismo arrojo se atreve a usar falda en los conciertos. “Porque sí”, dice, “porque es más cómodo y ventilado”, agrega con sarcasmo. “Vamos a decir lo que nos provoque siempre. Hace como dos años se hizo viral un video en el que mandábamos a la mierda a Keiko Fujimori con 15 mil personas presentes”, recuerda Sandro.

El grupo que ha elegido el camino del no-purismo termina esta entrevista diciendo que están entusiasmados por su próximo encuentro con Armonía 10 y Los Shapis en el Vivo X El Rock 2019. “Hemos tocado antes con ellos. Son unos capazos. Tienen como treinta años de carrera. A nivel técnico nos masacran. La música no está hecha para separar a la gente, es absurdo que exista intolerancia”, dice Rui, con cierto apasionamiento. “Es que Rui habla así, pregúntale sobre la empanada, y también va a hablar así… es una persona intensa”, se carcajea Sandro, dándole un baquetazo a la batería.