TecnologíaEl uso masivo de smartphones y la falta de tiempo para leer hacen que las editoriales distribuyan sus libros en forma de audio. En Perú, ya hay escritores que graban sus textos para acercarse a sus lectores. ,Audiolibros, el futuro en los oídos.,"Es una gran forma de escapismo", escribe en el chat, desde Madrid, el periodista y escritor Marco Sifuentes. Su libro de no ficción H & H. Escenas de la vida conyugal de Ollanta Humala y Nadine Heredia, que cuenta los entretelones del ejercicio del poder durante el "gobierno de la pareja presidencial", será distribuido pronto en formato de audiolibro. Editorial Planeta, la casa que lo publicó a la vieja usanza el 2018, es decir, en papel, ha apostado por su producción en este nuevo formato. Para Sifuentes, ponerse los audífonos y escuchar un libro leído por la voz de un desconocido es un "ejercicio de evasión productivo". Se adapta muy bien al ritmo de vida de las grandes ciudades, donde casi nadie tiene tiempo para leer o donde se pierden horas valiosas en el tráfico. Los limeños, en promedio, pasan tres horas diarias secuestrados en las pistas. "Asocio los audiolibros a la movilidad humana, a las ciudades que se mueven en metro, o en carreteras largas como las gringas; en Lima hay quienes hacen largas jornadas de viaje, o gente con ganas de pasear mientras alucina nuestra historia reciente", dice el escritor. Hay un ingrediente más que ha hecho crecer la producción de audiolibros: la popularización de los smartphones. Fíjese cuánta gente manipula estos aparatos en el bus. Las mentes brillantes del mercado editorial han encontrado un nicho en los usuarios que viajan escuchando música en Spotify o viendo series en Netflix. ¿Por qué no vender libros grabados en audio? Y así es como ha crecido este mercado desde el 2017. Según la web divulgadora de estudios de mercado Dosdoce.com, ya habrían cuatro mil títulos en formato de audiolibro en español subidos en internet. Hace semanas, Sifuentes empezó con las grabaciones de su libro, leído por el mismo y grabado en un estudio profesional. Fueron 16 horas intensas de lectura para dar voz a las 356 páginas de su publicación. El registro fue editado finalmente por un productor de sonido, quien le dio la forma de audiolibro de nueve horas de duración. "¿Sabes por qué me animé? Me escribió un chico cuyos padres eran invidentes pidiéndome autorización para pasar el libro a un programa de audio", dice el autor, cuyo libro fue convertido a este formato porque fue uno de los más leídos de la temporada. El mercado peruano En Perú, Planeta ha producido ya seis audiolibros de autores locales, incluyendo el de Sifuentes. Figuran entre ellos novelas, libros de no ficción y autoayuda. Sergio Vilela, director de contenido digital para Latinoamérica de Editorial Planeta, es quien está detrás de la producción. Él es quien se pone en contacto con los autores, hace el casting de las voces que narrarán los textos (si en caso el escritor se abstiene), controla el proceso de la grabación y prueba, como lector exigente que es, la calidad final del audiolibro. "Hay toda una industria que se está desarrollando: más estudios de grabación trabajan en ello, y hasta se están abriendo cursos especiales para aprender a leer audiolibros", precisa. Finalmente, los audiolibros son distribuido en plataformas virtuales, como la sueca Storytel o la estadounidense Audible. Existen actualmente unas 25 aplicaciones como estas que ofrecen una librería virtual que almacena en inglés y español todo tipo de géneros. El usuario deberá pagar una suscripción mensual o un costo por el libro escuchado. El negocio parece ir sobre ruedas: según la Association of American Publishers (AAP), los ingresos que han generado los audiolibros a la industria editorial estadounidense el 2017 fueron de dos mil millones de dólares. "Planeta ha producidos 300 títulos en España y América Latina. La idea es duplicar esa cantidad este año. Hay lectores que no son muy asiduos a las librerías y que consumen contenidos a través del celular. A ellos queremos llegar con este nuevo formato, y sabemos que son usuarios entre 25 y 40 años", apunta Vilela. Este es un mundo de posibilidades. Los audiolibros también sirven para matar la soledad o mientras se hacen otras cosas. Son un atisbo al futuro que está por llegar.