Dr. Humberto Costa, dermatólogo de la clínica Anglo Americana,El tatuado supone la realización de microperforaciones en la dermis y la inyección de sustancias colorantes ajenas al cuerpo. Como médico, no soy partidario de los tatuajes, pero si has decidido hacerte uno, debes prestar atención a las siguientes recomendaciones para evitar reacciones adversas y resultados inesperados. En primer lugar, es muy importante que reconozcas las características de tu piel y las posibles consecuencias que puede acarrear un tatuaje. Por ejemplo, si padeces de psoriasis corres el riesgo de que aparezcan lesiones cutáneas bastante notorias en la zona trabajada desvirtuando el objetivo estético del tatuaje. O si tienes vitíligo, podrías hacerte un tatuaje en una zona que luego variará de color, lo que afectaría el diseño. Lo mismo sucede si es que tu piel es muy delicada o si presentas tendencia a generar queloides, ya que en estos casos hay altas probabilidades de que aparezca una cicatriz y que el resultado final sea distinto al deseado. Por otra parte, si es que eres asmático o alérgico debes tener presente que algunos tintes pueden ocasionar alergias locales y que, si esto ocurre, posiblemente habrá que usar cortisona y proceder al destatuaje con láser, lo que suele dejar huellas en la epidermis. Pero si no padeces una condición especial como las antes descritas y has decidido tatuarte, entonces lo siguiente es asegurarte de que el estudio de tatuadores que has elegido cuente con las condiciones adecuadas. Esto significa que tenga profesionales experimentados, pues eso te dará más garantías respecto del procedimiento a seguir y que las condiciones de higiene sean óptimas. En este punto es fundamental que te asegures que el tatuador haya desinfectado correctamente los materiales reusables, de lo contrario, podrías contraer enfermedades complejas, como la hepatitis, o alguna de transmisión sexual, como el VIH. Tras concluir el procedimiento del tatuado, debes cuidar la piel para lograr su rehabilitación. Será necesario que uses cremas antibióticas, humectantes y filtros de sol siguiendo las indicaciones de rutina de un tatuador y, de ser posible, de un dermatólogo. Y, por supuesto, tendrás que evitar el sol en su totalidad por un mes. Otros puntos a tener en cuenta: en caso de presentarse alguna enfermedad que requiera una evaluación visual cuidadosa de la piel, el tatuaje puede interferir con el aspecto natural u original de la afección, dificultando el diagnóstico. Asimismo, algunos tatuajes se inflaman y podrían interferir con los resultados de una resonancia magnética. Finalmente, tras la realización de un tatuaje estarás impedido de donar sangre por un año de acuerdo a los procedimientos médicos en vigencia.