Hay historias no contadas en el mundo del boxeo que solo los protagonistas saben lo que hay detrás, previo a la organización de una pelea. Gemma Jones, conocida como ring girl, que lleva consigo unas 700 presentaciones de este tipo de eventos, ha revelado recientemente los insólitos sucesos que vivió durante su trabajo.
Entre los relatos más impactantes expuestos al diario The Sun, la también modelo de 37 años indicó que a algunas de sus compañeras las despidieron porque no salían tan guapas como se mostraban en fotografías. Además, contó que, durante el enfrentamiento entre boxeadores, solía salpicarle sangre y sudor de los deportistas.
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Ser ring girl de boxeo es un trabajo exigente. A diferencia de lo que muchos creen, no solo se trata de sostener carteles entre rounds. Jones, quien ha trabajado en eventos de boxeo, MMA y combates sin guantes, explica que el físico es clave en la industria.
"A algunas chicas las despiden porque no se ven igual en persona que en sus fotos", afirma la modelo. La presión estética es alta, y muchas recurren a cirugías estéticas o tratamientos como bótox y rellenos faciales. Además, las agencias que las representan suelen quedarse con un porcentaje de sus ganancias, lo que reduce su salario neto.
Jones menciona que el sueldo de una ring girl de boxeo ronda los 600 euros por evento, aunque en las veladas más prestigiosas la cifra puede ser mayor. Sin embargo, no es un ingreso constante ni suficiente para sostener una vida cómoda sin otras fuentes de ingresos.
Más allá de la imagen pública del trabajo, Jones revela que estar en el cuadrilátero conlleva situaciones inesperadas. "Siempre tienes que estar lista para quedar cubierta de sangre, especialmente en peleas sin guantes", comenta. También menciona que al final de los combates es común que los luchadores las abracen, empapándolas de sudor o incluso lágrimas en caso de derrota.
Las dificultades no terminan ahí. Según su testimonio en The Sun, ha tenido temor de sufrir caídas en plena función o quedar atrapada al intentar subir al ring. En una ocasión, un luchador la empujó accidentalmente, golpeándola contra una barra de metal. Otro de sus temores es que su vestuario no le brinde la seguridad suficiente. "Vivo con miedo de que se me salgan los pechos cuando me agacho para subir al ring", confiesó.
El trato del público tampoco siempre es amable. Aunque asegura que la mayoría se comporta bien, ha notado que las mujeres son quienes más las critican. "Nos llaman de todo. No hay razón para soportar abusos solo por hacer nuestro trabajo", enfatiza Jones.
Una de las grandes incógnitas que rodea a las ring girls de boxeo es su relación con los peleadores. Jones aclara que, aunque se habla de "fiestas salvajes" entre modelos y boxeadores, su experiencia ha sido distinta. "Lo máximo que he hecho es ir a tomar un par de copas después de una pelea", señala.
Sin embargo, tiene claro que nunca volvería a salir con un boxeador. "Algunos son encantadores, pero otros piensan que son un regalo de Dios para las mujeres y son muy arrogantes", dice. Según ella, los atletas de alto nivel suelen estar demasiado concentrados en su carrera como para involucrarse en excesos.