Salvado por el ataque del Botafogo, Brasil volvió a respirar en el camino hacia el Mundial de 2026. Pero pese al triunfo 2-1 sobre la hora el jueves en Chile, no hay quien se sienta seducido por el pobre fútbol de la Seleção de Dorival Júnior.
El seleccionador brasileño es el primero en reconocer que el juego de los pentacampeones del mundo está en deuda, y advierte que no será el último encuentro flojo que tendrá su 'Canarinha' mientras consolida un equipo "equilibrado".
"Espero que tengamos un poco de paciencia, todavía vamos a oscilar, no vamos a tener partidos maravillosos, pero estamos creciendo", dijo al término de la remontada en Santiago.
Antes de la contienda contra la penúltima selección de la tabla de clasificación de la eliminatoria sudamericana, el entrenador de 62 años había advertido sobre la importancia de embolsillarse los tres puntos por encima de dar un show futbolístico.
La clave, subrayaba, era retomar la confianza. En casa de La Roja lo logró tras un inicio de pesadilla y con dos apuestas personales: Igor Jesus y Luiz Henrique, atacantes del Botafogo de Rio de Janeiro, líder del campeonato de Brasil.
Ambos marcaron su primer gol internacional para consolidar el triunfo desde atrás y empujar de la quinta a la cuarta casilla a Brasil (13 unidades), que antes del pitazo inicial había perdido cuatro de sus últimos cinco duelos.
El 'scratch' ahora está a seis puntos del líder Argentina, a falta de la mitad de la larga clasificatoria, en la que diez países pelean por seis boletos directos a la Copa del Mundo y otro más a la repesca.
"Sabemos lo que estamos pasando, pero la afición brasileña puede esperar mucho empeño y amor por nuestra camisa", dijo el revulsivo Luiz Henrique, autor del 2-1 con un zurdazo libre de marca en el minuto 88.
Al término del primer tiempo, el debutante Igor Jesus, de 23 años, empató de cabeza para apagar las llamas, encendidas por un tanto, también con la testa, de Eduardo Vargas apenas a los 69 segundos de juego.
El centrodelantero respondió con un gol a la confianza de su DT, quien apostó por él en la titularidad por encima de Endrick, la perla del Real Madrid.
A pesar de que fueron conseguidos con una presentación baja en sal y ante un rival en crisis (5 puntos en nueve cotejos), las tres unidades tienen un valor especial.
Se alcanzaron gracias a una generación cuestionada que echa en falta al lesionado Neymar y que perdió por lesión a cinco convocados para esta doble fecha, entre ellos el portero Alisson, el central Éder Militão y el atacante Vinicius Jr.
"La renovación no es sencilla. Hoy (el jueves) teníamos apenas cuatro jugadores que terminaron el último partido del Mundial, y eso tiene un peso considerable", afirmó Dorival Júnior.
Dos de esos jugadores con experiencia mundialista en Catar 2022, Raphinha y Rodrygo, intentaron liderar la ofensiva. El primero jugó en el centro, como lo ha hecho recientemente en el Barcelona, y el segundo, por la izquierda, usualmente ocupada por 'Vini'.
No fueron particularmente peligrosos -esa labor recayó en el extremo Savinho-, pero sí permitieron una leve mejora en el juego colectivo de Brasil.
"Quizás las bajas expectativas permitan observar la evolución que se produjo entre los partidos contra Ecuador (victoria 1-0) y Paraguay (derrota 1-0) y la victoria en Santiago", escribió el comentarista Paulo Vinicius Coelho en el portal UOL.
"Los primeros veinte minutos fueron trágicos, pero el equipo supo reaccionar. Llevaba tres años sin remontar un partido. Y lo consiguió", apuntó.
La resurrección -en el espíritu y la tabla- puede consolidarse el martes, cuando la Seleção reciba a Perú en Brasilia. Los incas son colistas, aunque pueden dejar el fondo de la tabla si vencen a Uruguay este viernes en Lima.
"Vamos a dar nuestra vida, vamos a luchar y a hacer de todo para salir victoriosos", avisó Luiz Henrique.
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