Luego de permanecer seis días en la región de Cusco, recorriendo comunidades, sitios arqueológicos y las calles de la capital del imperio incaico, Gianluca Lapadula y su familia abandonaron tierras cusqueñas.
Varios hinchas esperaron al delantero peruano afuera de su hotel en Cusco, incluso desde ayer hasta medianoche. Los aficionados que pernoctaron en el lugar, así como la mayoría, esperaban un autógrafo o saludo de Lapadula.
Una de las hinchas era Lisbeth. Desde las 10 a. m., la joven esperó la salida del delantero de la selección peruana, solo para darle una carta de su hijo y un prenda de vestir con motivos incaicos.
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Luego de algunas horas de espera, Gianluca Lapadula salió de su hotel junto a su familia, saludando con una sonrisa y un gesto a sus hinchas; recibiendo, además, la carta de Yasser, el hijo de 5 años de Lisbeth.
Lisbeth muy emocionada, conversó con La República. Mencionó que se sentía alegre de que el jugador ítalo-peruano recibiera la carta de su hijo y le gustaría, además, que le dedique un video a su menor mediante las redes sociales.