Una corte de Cardiff declaró este jueves 28, casi dos años después del trágico fallecimiento del exfutbolista argentino Emiliano Sala, la culpabilidad por negligencia del piloto David Henderson, organizador del viaje que trasladaría al exjugador desde Francia hasta Gales tras fichar por un club de la Premier League. En dicho vuelo, la avioneta se precipitó en algún punto del Canal de la Mancha, accidente que derivó en la muerte de los dos tripulantes.
A Henderson, quien ya se había declarado a sí mismo culpable de un cargo por organizar el viaje sin tener los permisos necesarios, se le encontró responsabilidad de “poner en peligro la seguridad de la aeronave” por una mayoría de diez votos a favor y dos en contra. Según el diario Le Parisien, la pena impuesta es de cinco años de cárcel, los cuales el sentenciado tiene posibilidad de apelar hasta el 12 de noviembre.
Entre las declaraciones recogidas por el jurado, luego de más de siete horas de debate, se pudo obtener la confesión del empresario, quien señaló haber hablado con varias personas, incluida la propietaria de la avioneta, para mantener silencio y no “destapar una lata llena de gusanos” tras conocer el siniestro, pues temía que sus negocios fueran investigados a raíz del suceso.
Martin Goudie, abogado que lideró la acusación, manifestó en su intervención que Henderson fue “negligente” en su manejo del vuelo y que “puso sus negocios por encima de la seguridad de los pasajeros al contratar a pilotos sin la calificación necesaria para volar o no competentes para completar determinados vuelos”.
Emiliano Sala fue un exjugador argentino que se desempeñaba en la posición de delantero. Desde su debut profesional en 2011, pasó toda su carrera en clubes de Francia, donde llegó en la temporada 2015-16 al Nantes, equipo en el cual se consolidaría y que negoció su venta al Cardiff City por 17 millones de euros, la cual se frustró debido a su deceso.
Según múltiples informes dados a conocer después del accidente, la avioneta donde se trasladaban Sala y el piloto David Ibbotson desapareció de los radares el 21 de enero del 2019 tras solicitar descender a 5.000 pies de altura (1.500 metros). Posteriormente, se conoció que Ibbotson, cuyo cuerpo nunca fue encontrado, no tenía licencia para vuelos comerciales y pesaban sobre él una serie de irregularidades. El exjugador tenía 28 años al momento de su muerte.
Con información de EFE