El año 2020 será muy difícil de olvidar para todos los peruanos, no de manera muy grata por cierto. Sin embargo, para los hinchas rimenses, el 20 se ha convertido en una especie de número cabalístico. Con 20 partidos ganados, Sporting Cristal consiguió el título número 20 de su historia un 20 de diciembre. No extraña que dicha cifra sea la que adorne todas las fotos que quedarán de este importante momento.
Más allá de la anécdota numérica, Sporting Cristal resultó ser un justo campeón. A las estadísticas que los colocan como los más efectivos del torneo, se suman virtudes que son resultado de un trabajo tanto dentro como fuera del campo. Estos son los aciertos que explican el por qué estamos ante el club más ganador de los últimos 10 años de fútbol peruano.
1. Nuevos tiempos, una misma raza
Cuando a finales del 2019 se conoció que Innova Sports era el nuevo dueño del club, un halo de escepticismo se tejió alrededor de La Florida. Tras los primeros malos resultados, esta incredulidad dio paso a la feroz crítica, junto a acusaciones que iban desde incapacidad hasta conflicto de intereses. Sin embargo, el tiempo puso las cosas en su sitio.
Sin la espalda económica que los anteriores dueños cerveceros garantizaban, la nueva administración supo corregir sobre la marcha los errores cometidos al principio y se aseguró que la esencia de Cristal se mantenga intacta.
Sumaron la experiencia del español Juan José Luque para la dirección general del club. Fueron fieles a su historia al mantener a Carlos Lobatón luego de su retiro y contrataron de manera inteligente, solo basta mencionar que Cristal es dueño del 50% del pase, a Washington Corozo, figura ecuatoriana de 22 años que será rimense hasta el 2023.
Además de no temblarles la mano en la separación de elementos indisciplinados, tal vez la mejor decisión del año fue el regreso de Roberto Mosquera al banquillo celeste. Un título en su primer año a la cabeza del club sin presencia en la foto final, perfil bajo que dice mucho de la visión que se tiene para el futuro.
2. La religión del toque
Cuando Roberto Mosquera regresó a la dirección técnica del club, el equipo estaba en el puesto 15, a un punto de la zona de descenso. El técnico campeón de la temporada pasada (y del 2012 con Cristal) reemplazó a un Manuel Barreto, cuyos malos resultados sepultaron la confianza que lo mantuvo en el cargo desde el año anterior.
El inicio no fue el mejor, pero si un técnico pudo sacarle provecho al receso por pandemia, ese fue Mosquera. Convenció al plantel que el cómo era tan importante como el resultado y supo manejar un grupo que se hizo más fuerte fecha a fecha. Potenció a Corozo, le quitó responsabilidad de gol a un Olivares que se sintió más cómodo por la banda, confió en los jóvenes, le puso su sello a una funcionalidad casi infalible para nuestro medio. Solo algunas de las capacidades que lo convirtieron en el técnico peruano más ganador de los últimos años.
3. La fórmula que perdura
Pese a su continuo éxito en la última década, una crítica constante al club era la persistencia de algunos jugadores veteranos en desmedro de jóvenes figuras. No obstante, en el 2020 quedó demostrado que una de las grandes fortalezas de Cristal es la capacidad de lograr una amalgama perfecta entre juventud y experiencia.
Cazulo, Calcaterra y Herrera (quien anotó 20 goles) conforman el tridente de rendimientos destacados del año. Sin embargo, los resultados no habrían podido conseguirse sin la presencia de Távara (21 años), Corozo (22), Olivares (21) o Chávez (22), además de importantes apariciones como Solis (22) y Liza (20). Un equipo balanceado y orientado a trabajar por un objetivo en común.
El último equipo peruano que llegó a una final de Copa Libertadores (1997) no pasa la fase de grupos desde hace 16 años (2004). El primer paso para buscar romper esta estadística fue la renovación de Roberto Mosquera, un técnico con la capacidad de mantener el rendimiento del equipo a pesar de los cambios que el plantel pueda sufrir. Sin embargo, el nivel del torneo continental es muy superior al local por lo que los refuerzos y el rendimiento de los rivales, serán claves para saber hasta donde pueden llegar los rimenses.
El segundo paso será decidir cuanto antes la continuidad de los que terminan contrato a finales del 2020. Ellos son Omar Merlo (quien es tentado por el fútbol chileno) y Jorge Cazulo (quien podría retirarse campeón) y Renzo Revoredo (quien es suplente, a pesar de ser uno de los capitanes del equipo).
Finalmente, las contrataciones deben estar orientadas tanto al estilo de juego del equipo como a los objetivos del club a largo plazo, tratar de encontrar la sinergia entre rendimiento inmediato como de proyección a futuro. Un gran ejemplo es Washington Corozo, cuya futura venta puede asegurarle un buen dinero a Cristal.
Los puestos clave a reforzar son el arco, donde Solis hizo un buen trabajo, pero para Libertadores se buscaría mayor jerarquía, y alternativas en el sector de ataque. Herrera, Corozo y Olivares son inamovibles en el esquema de Mosquera aunque no tienen competencia fija. En los próximos días se deben conocer algunos nombres.
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