El 31 de diciembre, en la víspera del Año Nuevo, se ha concebido a lo largo del tiempo como el momento propicio para una serie de rituales y ritos. Una de las tradiciones más repetitivas es la de comer 12 uvas justo cuando el reloj marca la medianoche, cuando ya es el primero de enero. Pese a que este acto está extendido a nivel mundial, muchos desconocen por qué se realiza.
Contrario a lo que muchos puedan pensar, el inicio de la cábala de ingerir una docena de uvas no deriva necesariamente de buenos anhelos para el ciclo anual que comienza. Si eres de los que ni bien dan las 12.00 a. m. coge un racimo de ellas y procede a comerlas pidiendo un deseo por cada una, o ves que otras personas lo hacen y quieres saber el porqué de ello, conoce a continuación la forma en la que surgió dicha práctica.
Existen dos teorías que dan respuesta al origen de la cábala de las 12 uvas. La primera nos da luces del primer acto que dio pie a la tradición. La segunda da cuenta de la extensión que tiene la práctica.
De acuerdo con un informe que recaba National Geographic, para 1882 ya existían menciones de esta acción. Por esta época la clase burguesa española, influenciada por Francia, solía beber champán y comer uvas durante la cena de Nochevieja, antesala del nuevo año.
El principio de todo habría sido una sátira hacia la burguesía. Foto: composición LR/Freepik/El Confidencial
A las personas de a pie les parecía exquisita esta actividad. De ese modo, e impulsados por una ley madrileña que prohibía al pueblo algunas acciones consideradas ruidosas en las fiestas de fin de año, un grupo de madrileños decidieron ironizar esta tradición acudiendo a la Puerta del Sol para comer uvas acompañados del sonido de las campanadas. Es decir, fue una burla a la costumbre aristocrática.
En cuanto a la difusión de la tradición, posiblemente se extendió el hábito debido a que en 1909 hubo muy buena cosecha de uvas, por lo que los productores decidieron ofertarlas como “uvas de la suerte” en paquetes preparados de 12 para simbolizar los meses del año.
Según con la simbología, la uva es un fruto que se asocia a la prosperidad, abundancia, longevidad, fertilidad. Asimismo, está relacionada con plenitud, buena suerte y positividad. Por ello, colocar 12 uvas para comer a la entrada del año era un símbolo de buena suerte en la nueva entrada del periodo anual.
Aunque es difícil comer una docena de ellas en menos de un minuto, se dice que, si lo logras hacer, tendrás buena suerte todo el año. La tradición menciona que tenemos que pedir un deseo, o propósito de año nuevo, por cada campanada. Por ello, es recomendable hacer una lista con tus propósitos.
Cábala de las 12 uvas. Foto: composición LR/Freepik/Cardamo