Durante el siglo XX se creía que el sexo en el reino animal no poseía otro fin más allá de la reproducción. Sin embargo, esta idea fue perdiendo vigencia desde que estudios científicos evidenciaron que otros mamíferos, además de los humanos, llevaban a cabo practicas sexuales antes o después de su época de celo.
Es importante tener en cuenta que el apareamiento, para la mayoría de las especies animales, requiere de una gran cantidad de tiempo y energía, ya que antes de realizar el acto sexual se somenten a un ritual en donde los machos y las hembras deben emitir un olor o sonido especial. Sólo dos especies animales parecen copular sin necesidad de estas ventanas rituales e indicadores: los delfines y los chimpancés bonobo.
Los bonobos son conocidos por su apasionante vida sexual más allá de las épocas de celo. Los primatólogos Joseph Manson, Susan Perry y Amy Parish, averiguaron que la búsqueda de los machos por parte de las hembras no está vinculada con su fertilidad, pues copulaban mucho aun cuando el embarazo es imposible: por ejemplo, cuando la hembra todavía no alcanzado la madurez reproductiva o cuando ya está embarazada.
Los chimpancés bonobo se aparean todo el año. Foto: AFP
Además, debido a su naturaleza polígama y a que sus encuentros sexuales se prolongan durante todo el año, se ha podido documentar prácticas que se creían únicas de los humanos, como el sexo oral. Incluso, se ha observado que algunos ejemplares hembras utilizan palos, piedras y otras herramientas para frotar sus genitales con el único fin de sentir placer.
Los delfines son animales extremadamente sociales que mantienen relaciones sexuales durante todo el año como forma de forjar y mantener vínculos sociales. Según la revista científica Muy Interesante, una de las características más llamativas en la intensa vida reproductiva de los delfines son las distintas posiciones sexuales que practican durante la penetración. Se han documentado casos en los que el sexo ocurre vientre con vientre, en ángulos contrapuestos o mientras el macho parece montar a su pareja durante el nado.
El clítoris en los delfines hembra tiene funciones similares al de las humanas. Foto: Minden Pictures
Además, de acuerdo a un estudio realizado por la científica Patricia Brennan, las hembras de los delfines tienen un clítoris funcional repleto de nervios sensitivos y tejido eréctil, lo que sugieren que sirve para proporcionar placer, ya que aumenta su tamaño durante la excitación.
Incluso, se descubrió que este órgano posee una ventaja anatómica que lo hace aún más placentero que el humano: se ubica en la entrada de la abertura vaginal y por lo tanto, se mantiene en constante estimulación durante la penetración.