En los recientes Juegos Olímpicos de París 2024, un atleta de Estados Unidos se destacó al obtener la medalla de oro en la prueba de 100 metros planos, lo que hizo consolidarse como el hombre más veloz del planeta. Este deportista, admirado por su coraje tanto en la competencia como en su vida personal, había compartido en 2020 su experiencia con la depresión y reveló que estaba bajo tratamiento con antidepresivos y asistiendo a terapia para enfrentar esta difícil situación.
Este acto de apertura y honestidad lo convirtió, de manera indirecta, en un defensor de la salud mental en el deporte. A lo largo de su vida, también enfrentó desafíos personales adicionales, como severos problemas respiratorios relacionados con el asma, que dificultaban su capacidad para competir, además de padecer trastornos como el TDAH (trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad) y la dislexia.
El atleta estadounidense Noah Lyles se consagró como el hombre más rápido del mundo al ganar la medalla de oro en la emblemática prueba de 100 metros de los Juegos Olímpicos de París 2024. Con un tiempo de 9,79 segundos, logró su mejor marca personal y superó al jamaicano Kishane Thompson por apenas cinco milésimas de segundo.
La final fue un espectáculo impresionante y dejó al mundo con la respiración contenida hasta el último momento. El desenlace histórico para el atletismo se definió por la increíble cercanía de los tiempos, con una diferencia de tan solo 0,12 segundos entre el primer y el octavo lugar.
Todos los participantes lograron tiempos por debajo de los 10 segundos, lo que subraya la altísima calidad de la competencia y marca un hito en la historia de los 100 metros planos.
En 2023, Noah Lyles también había ganado el título de hombre más rápido del mundo durante el Mundial de Atletismo de Budapest, donde conquistó tres medallas de oro: una en los 100 metros con un tiempo de 9,83 segundos, otra en los 200 metros y una más en el relevo 4×100.
La victoria en los 100 metros fue especialmente destacada, ya que Lyles logró una impresionante remontada. Aunque al principio de la carrera se encontraba detrás de su compañero de equipo y líder inicial, Christian Coleman, quien era el campeón mundial de 2019, Coleman no logró mantener el ritmo en los últimos metros.
Esto permitió que Lyles, junto con otros atletas como Letsile Tebogo de Botswana, Zharnel Hughes de Gran Bretaña y Oblique Sevilla de Jamaica, superaran a Coleman, quien terminó fuera del podio.
Noah Lyles nació el 18 de julio de 1997 en Gainesville, Florida, y desde una edad temprana mostró un gran interés y habilidad en el atletismo, influenciado por su familia. Su madre, Keisha Caine, fue una destacada velocista en la Universidad Seton Hall, y su padre, Kevin Lyles, competía en los 400 metros en la misma institución.
Gracias al apoyo de sus padres, ambos atletas, Noah comenzó a destacarse en competiciones juveniles, ganando medallas y rompiendo récords, lo que lo catapultó como uno de los velocistas más prometedores de su generación. En 2016, decidió dar un paso decisivo en su carrera y no asistir a la universidad, por lo que optó por convertirse en atleta profesional. Su primer patrocinador fue Adidas, una alianza que marcó el inicio de su exitosa trayectoria.
Además de sus logros deportivos, Lyles ha utilizado su plataforma para defender abiertamente la salud mental. En 2020, compartió públicamente sus luchas personales con la salud mental, un tema del que tradicionalmente se ha hablado poco en el deporte. Su valentía para hablar sobre este tema lo ha convertido en un defensor de la concienciación sobre la salud mental, rompiendo tabúes y alentando a otros atletas a buscar ayuda sin miedo al estigma.
A lo largo de su carrera, Noah Lyles ha ganado una serie de medallas que incluyen: