Los masones conforman una de las organizaciones más misteriosas para gran cantidad de personas en todo el mundo. Sus ritos de iniciación y la privacidad con la que actúan han despertado la imaginación de muchos. Es más, la Iglesia Católica y otras denominaciones cristianas no tienen una buena imagen de ellos y exigen a sus fieles no participar de sus actos privados. ¿A qué se debe esto?
Entre las varias versiones que circulan sobre la masonería en distintos libros y medios, llaman la atención los testimonios de dos exmasones que luego se convirtieron al catolicismo: Maurice Caillet y Serge Abad-Gallardo, quienes explican los motivos por los que esta organización es incompatible con su fe, y hasta llegan a tildarla de “satánica”.
Maurice Caillet, autor del libro “Yo fui masón”, explicó en 2013 al portal católico Religión en Libertad las razones por las que cree que el cristianismo y la masonería no se mezclan. Este escritor perteneció al Gran Oriente de Francia por 15 años, hasta que se convirtió repentinamente al catolicismo en Lourdes.
“El cristianismo anuncia la Verdad, Jesús, verdadero hombre y verdadero Dios, muerto y resucitado por nuestros pecados. La masonería especulativa, fundada en 1717 a instancias del hereje Newton, reposa sobre mitos y fábulas como el de Hiram, niega todo fenómeno sobrenatural y predica el relativismo”, sostuvo.
Maurice Caillet relató sus experiencias en el libro "Yo fui masón". Foto: composición LR/Aleteia/Librería OcioHispano
Las declaraciones de Caillet surgieron ante la noticia de que un sacerdote católico, Pascal Vesin, formaba parte de una fraternidad masónica y que fue excomulgado tras negarse a abandonarla. El gran maestro del Gran Oriente de Francia, José Gulino, aseguró que la decisión marcaba un retorno al “oscurantismo” y que se podía ser sacerdote y masón a la vez.
Para Caillet, las doctrinas masónicas “son secretas y reservadas a los iniciados, que se sitúan orgullosamente por encima de los profanos". "Pretenden revelarles una sedicente 'tradición primordial' anterior al cristianismo para llevarles ‘la luz’. Es, por tanto, una organización elitista; mientras que Jesús se dirige a todos, pero sobre todo a los humildes y a los pequeños”, manifestó.
Caillet afirmó que los masones creen en un Dios que, sin embargo, no es el mismo del cristianismo. “Algunos masones de algunas obediencias admiten la existencia de un Gran Arquitecto del Universo, creador impersonal del cosmos, pero no reconocen a Jesús como Dios”, enfatizó.
Para Caillet, el Gran Arquitecto del Universo no es lo mismo que el Dios cristiano. Foto: DiscoverDublin/Twitter
Sobre las creencias masónicas en lo que ocurre después de la muerte, el autor explicó: “Los masones creen que después de la muerte pasan al Oriente Eterno, pero no tienen esperanza alguna en el paraíso. Ni tienen en cuenta la gracia de Dios ni esperan nada de Dios”.
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Consultado por sus principios de libertad, igualdad y fraternidad, Caillet dijo: “Es la libertad sin límite, la desigualdad entre iniciados y profanos y entre los treinta y tres grados bien diferenciados, y la fraternidad… pero entre masones, ¡incluso con riesgo para su vida!”
Tanto Caillet como Serge Abad-Gallardo, autor del libro “Serví a Lucifer sin saberlo”, insinuaron que la masonería está relacionada con el “culto a Satán”, aunque no de manera explícita.
“Como dijo Ricardo de la Cierva (...), ‘el diablo no necesita recibir culto para conseguir sus fines. Todo lo que él tiene que hacer es evitar que el hombre siga a Jesús; Satán lo sabe perfectamente’. Es precisamente esto lo que la masonería hace: ¡nos aleja de Jesús!”, sostuvo Abad-Gallardo al citado medio.
En ese sentido, aseguró: “Los masones no son satanistas, sino que alaban a Lucifer (o sea, a Satán) sin darse cuenta. Para entender esto hay que analizar los rituales masónicos con los ojos de la fe católica. ¡Y entonces todo queda claro!”.
Caillet, fallecido en 2021, recordó en su entrevista que la decisión de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 1983 priva de la comunión a los católicos que participen de la masonería.
Desde el lado de la masonería se ha combatido la imagen de esta institución como “satánica”. “Ni los atributos ni la personificación de Lucifer o Satán juegan papel alguno en las enseñanzas o rituales de la masonería”, explica la web oficial de la Gran Logia de la Columbia Británica y Yukón.
De acuerdo con los propios masones, sus ritos no están vinculados al culto a Lucifer. Foto: composición LR/El Mexiquense Hoy/El Español/El País
“No se menciona a Lucifer en las liturgias de ningún grado, ni tampoco hay estatuas ni imágenes de este en las logias de ninguno de los grados (…). La masonería es completamente laica y busca liberar al ser humano de las cadenas y dogmas que le imponen cualquiera de las religiones”, explica por su parte el blog La Casa del Masón.