Aterriza por fin en las librerías, una de esas novedades de negrísimo tinte cuya lectura debería ser obligatoria en las escuelas. Edgar Allan Poe y el misterio de la bella cigarrera . La investigación de la atroz muerte de Mary Rogers, de Daniel Stashower. Lúcido y aterrador ensayo novelado , traducido por Miguel Temprano García, que acaba de publicar la editorial española Alba . Su origen se encuentra en la carta que Poe envió al editor del ‘Sunday Visitor’ de Baltimore . Decía lo siguiente: “Tengo una propuesta que hacerte. No sé si recordarás un cuento que publiqué hará cosa de un año, titulado “Los asesinatos de la rue Morgue”, que era todo un ejercicio de ingenio encaminado a descubrir a un asesino. Estoy a punto de concluir otro similar, que titularé ‘El misterio de Marie Rogêt. Continuación de los asesinatos de la rue Morgue’, y que está basado en el asesinato real de Mary Cecilia Rogers , que tanto revuelo causó en Nueva York hace unos meses”. Sin embargo, el editor del ‘Sunday Visitor’ no necesitaba ningún recordatorio. Mary Rogers, más conocida como “la bella cigarrera”, había sido una persona muy conocida en las calles de Nueva York. Desde su puesto en el mostrador del Tobacco Emporium de John Anderson, la joven había ejercido su hechizo sobre la mitad de los hombres de la ciudad. Su célebre “sonrisa misteriosa” tenía fama de ser más fulminante y perniciosa que los efectos del tabaco que vendía. En julio de 1841, Mary Rogers apareció brutalmente asesinada, y el suceso desató protestas masivas y preparó el escenario para uno de los dramas más espeluznantes del siglo XIX, que empujaría a un sospechoso al suicidio. La muerte de la cigarrera, escribió un neoyorquino, señaló el “terrible momento en que la ciudad perdió su inocencia” . El caso estuvo plagado de pistas falsas desde el principio. En los días que siguieron al descubrimiento del cadáver, casi todo el mundo dio por sentado que Mary Rogers había sido víctima de una de las famosas “bandas de Nueva York”, como los Plug-Uglies o los Hudson Dusters, No obstante, un año después, el crimen seguía sin resolver. Cuando el interés público empezaba a declinar, Poe vio una oportunidad única. Su proyecto consistía en enfocar el caso de un modo que no se había intentado nunca. Estudiaría los hechos a través de la lente de la ficción, expondría los fallos y malentendidos de la investigación oficial, y ofrecería sus propias conclusiones sobre lo ocurrido... incluso señalaría con el dedo al posible criminal. Las heroínas trágicas de Poe Helen, Lenore, Madeline Usher, Annabel Lee... Las mujeres de Poe. Sus musas. Sus trágicas heroínas. Sus mitos en femenino. La lista es larga. Y a esa lista se suma, por derecho fúnebre, Mary Rogers. “La muerte de una mujer joven –escribió una vez el autor de “El cuervo”– es, sin duda alguna, el tema más poético del mundo”. Su descripción casi clínica del cuerpo asesinado de Mary Rogers, convertida en Marie Rogêt es uno de los grandes momentos que luego se han intentado emular sin conseguirlo en el género.