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Cultural

Lorenzo Osores expone piezas en tinta china combinando lo grotesco, cotidianidad y sueño

El artista visual y escritor Lorenzo Osores, presenta un catálogo de escenas, estampas, retratos y apuntes de la vida en bares, penumbras y azares de la ciudad con ironía, solvencia para lo lúdico, brevedad e intensidad, desde el 17 de octubre en “La del Estribo”.

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Lorenzo Osores.

“Hay una relación íntima entre lo que pinto y escribo. Todos los personajes que represento están originados en la calle, transformados por el delirio y el sueño”, señala Lorenzo Osores, aquel artífice definitivo en empresas como Monos y Monadas y El Idiota Ilustrado, semanarios de humor gráfico desafiantes frente a los discursos de autoridades, desestabilizaba el equilibro de quienes eran dueños de todo, podían hacer de todo, o incluso, desaparecer todo, si así la “situación” lo ameritaba.

AUTOMATISMO Y PERSONAJES GROTESCOS

“Mis personajes, esas escenas, son resultado de una dinámica similar a la escritura automática y, por supuesto, de la pintura automáticas”, apunta añadiendo que lo suyo es ir diseñando mediante el sonido, el ritmo, la dirección o las formas del movimiento en los trazos del pincel o, de igual manera, en el proceso de producción escritural. “La ejecución de las acciones surrealistas con respecto a esos procesos, travestían los objetos, textos y obras de arte, con una suerte de capa montada de intelectualidad y preconcepción, en un sentido cercano a las anotaciones de sesión de algunos psicoterapeutas, refiere. “Mi automatismo es más natural, más cercano al romanticismo siglo XIX, sturm und drang alemán”.

Como se sabe, Lorenzo permaneció del 85 al 87 en la lejana China por trabajo y vino intoxicado de pintura, de imaginarios Tao, de la claridad y mística de una civilización que colocaba al arte, la música y la poesía en niveles de magisterio, sabiduría y rol público. Por ello, están sus tintas despeinadas en las telas. “Espontaneidad en la fuerza, en el disparo de trazo, pero, sobre todo, la pintura china parte de la observación del paisaje”, comenta Osores. En tanto, “retratan mucho. Digamos que estos rostros, estas voces, los personajes en sus espacios o sus desplazamientos son revitalizados por la tinta, representan otra vertiente del taoísmo pictórico. Gente y paisaje”.

LO QUE CHINA TRAJO

“Pero como vez, no soy paisajista. O en todo caso, mis paisajes son otros, aquellos que tienen como centro a la gente, a seres con deformidades espirituales. Algunos dicen que lo que hago es un bestiario”, cuenta. Definitivamente, lo que refiere Osores, está impreso en las piezas que me rodean en pleno montaje en la casona Parra del Riego en Barranco.

La actitud de la tinta taoísta da forma a otra realidad cultural. Entonces, se produce una combinación: la vibración e imperfección Tao, generadores esenciales del motor llamado Humor, en aquella antigua tradición espiritual, inicia su legado.

“Mis personajes grotescos, gesticulantes, mostrencos son reaccionados con una esfera de códigos universales. Con el movimiento, fuerza y técnicas de los calígrafos chinos antiguos, para representar fealdad, bizarría, absurdo. La percepción alucinada, achispada de los recintos y las individualidades actuando como colectivos, de vez en cuando, sus errores, sus heridas, sus vergüenzas, sus complejos”.

LA DEL ESTRIBO

“La del estribo es una expresión utilizada para designar a la última cerveza que la gente espera antes de irse que, como bien sabemos, nunca es la última (risas)”, cuenta Osores. “Y claro, la fauna de estas piezas ha sido tomada de los recorridos, observaciones, etnografías que uno realiza por los bares, cafés, y puntos recónditos de los placeres culposos”, añade.

Recuerden, la muestra será inaugurada el jueves 17 de octubre, a partir de las 7.30 p.m. en el Centro Cultural Juan Parra del Riego (Av. Pedro de Osma 135, Barranco).

(NdP).