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Cultural

Un escritor de raza: Seicho Matsumoto

El escritor japonés es uno de los indiscutibles faros de un género llamado a contar la historia no oficial de las sociedades. A continuación, un acercamiento a una de sus novelas más celebradas.

larepublica.pe
Seicho Matsumoto.

De acuerdo a la información disponible, Seicho Matsumoto (1909 -1992) fue un prolífico escritor japonés. Matsumoto no tuvo una educación formal y sus inicios en la escritura comenzaron en el periodismo, específicamente en el periódico Asahi, uno de los más relevantes de Japón. De alguna manera, siempre me han llamado la atención este par de detalles de la biografía de Matsumoto. Es decir, desde muy joven se lanzó a la vida con un oficio que le garantizaba experiencia y, por consiguiente, una mirada escéptica de la vida. Su éxito como autor de novelas negras, también se debió a que empezó a publicar pasados los cuarenta años. Entró a la dinámica de las publicaciones, pero de una manera curtida.

Una de sus novelas más famosas, lleva el título de El expreso de Tokio. Publicada por entregas entre 1957 y 1958, lo cual podría leerse como un guiño al folletín decimonónico o como una muestra de la ya conseguida referencialidad del autor, la novela parte del registro policial y no tarda en adquirir la dimensión temática de la novela negra.

La investigación de un suicidio doble, que se cerraría cuando se ordenen los motivos del mismo, se ve expandida por los recovecos de la crisis existencial, producto de la soledad e inconformidad del hombre de la posguerra de acuerdo con las coordenadas de la novela.

El viejo zorro policía Jutaro Torigai y el subinspector policial Mihara investigan el suicidio de Kenichi Sayama, subdirector del ministerio X (no se especifica), y su acompañante, la camarera Toki. Oficialmente es un suicidio en el que se usó cianuro potásico, pero el olfato de este par de policías los lleva a indagar más allá de lo evidente. Dudan de todo y especulan sobre lo que pudo pasar con Sayama y Toki.

Matsumoto hace de lo imposible un asunto posible, por ejemplo, cuando sus protagonistas comienzan a indagar en los tiempos de salida y llegada de los trenes de la estación de Kashii. Los minutos y segundos se convierten en los protagonistas silentes, hasta el lector no puede resistirse ante la posibilidad de usar, alguna vez en la vida, este método de indagación de la dupla Torigai-Mihara,

En su aparente sinsentido van tejiendo lazos que nos llevan a la crisis interna de Sayama, quien se encuentra envuelto en un caso de corrupción del gobierno japonés. Matsumoto lleva a cabo una cirugía sin anestesia del infeliz Sayama. No hay secreto que valga: todos tenemos algo de Sayama o somos Sayama, nos parece decir el autor. No hay vida secreta/oculta/paralela que sea tal.

No voy a negar que, durante la relectura de El expreso de Tokio, me fue imposible no preguntarme sobre las pocas novelas de nuestra tradición inscritas en los registros de la novela policial y de la novela negra. Tenemos buenos ejemplos locales, pero con lo que pasa en el país en todos los ámbitos, extraña que no tengamos más referentes y, por ende, novelas y cuentarios de este corte. Matsumoto no pensaba en las musarañas.

Seicho Matsumoto forma parte del catálogo de Libros del Asteroide. Disponible en librerías locales y plataformas de venta de libros. El expreso de Tokio acaba de entrar a su novena edición desde 2014.